El semáforo sismo-volcánico de Canarias

El archipiélago insular de Canarias tiene sus cimientos anclados en la actividad sísmica-volcánica propia de este punto caliente global oceánico. Tales alineaciones volcánicas actúan como “válvulas de escape” eventuales del dinamismo terrestre en este ámbito. Esta actividad termodinámica cortical tiene las siguientes manifestaciones. Inicialmente terremotos, macro y micro, derivados de la ascensión de magmas profundos, buscando salida hacia el exterior oceánico y atmosférico. Si la penetración se acentúa, pueden producirse deslizamientos en el cono volcánico y litoral relacionado con el mismo. Caso de que aparezca la erupción, los riesgos se centran en las coladas, expulsión y expansión aérea de cenizas. También de gases incendiarios y respiratoriamente dañinos. Ante estos fenómenos geodinámicos bien asentados en la corteza terrestre y eventualmente autorreactivados surgen dos cuestiones. La primera se refiere a la actuación preventiva posible. La segunda, al desarrollo de los perímetros de protección permanentes y durante las manifestaciones de actividad. Las actuaciones preventivas se basan en el seguimiento de tensiones-terremotos, ruidos, variaciones de temperatura y desprendimiento de gases en el subsuelo próximo. Con todos estos valores solo se puede corroborar que existen reactivaciones tensionales perivolcánicas genéricas. Si se proyectan estos datos en superficie y profundidad, se pueden trazar los “perímetros de afectación tensional del complejo volcánico”. Siguiendo las variaciones en el tiempo de estos perímetros, puede vislumbrarse si ascienden hacia el exterior. En tal caso, se podría tener un indicativo de erupción; cuestión difícil por cuanto que el tiempo es una variable de los fenómenos geodinámicos de otra dimensión y forma de caminar, a la propia atribuida a valores temporales cronológicos humanos. Ante estas incertidumbres la única forma de mejor aprovechar los datos de medición y observación reflejados en las prevenciones y perímetros de protección trazados es elaborar con carácter permanente los “semáforos” de protección y partes volcanológicos estables. Los semáforos alertan en diversos grados. Los partes vulcanológicos indican las formas de movilización de los diversos efectos volcánicos aflorados. Semáforos y partes vulcano-generados son las dos formas de previsión y protección permanente frente a una acción volcánica. Canarias hace tiempo que dispone de instrumentación envidiable para escudriñar el cielo próximo y lejano. No la tiene de la misma dimensión-cualificación para percibir la actividad latente en su complejo subsuelo. Resulta evidente la necesidad de establecer puntos de observación permanente en subsuelos de esta índole. Las Islas (I. C. E. Ñ) deben ser semáforo permanente sismo-volcánico y no solo eventual para emergencias. Es más importante en este caso la emergencia volcánica que las observaciones astronómicas. Las cuales deben tenerla muy en cuenta por la afectación negativa que pueden inducir a tales observaciones y estudios. Los análisis de datos sucedidos indican que la latente actividad volcánica persiste. Lo nuevo es que se activó o movilizó la remanencia larvada de estos fenómenos. La conexión entre las tensiones latentes volcánicas y manifestaciones de activación de la remanencia de masas fluida de estos subsuelos es lo queda por deducir. Y sobre todo por ajustarlo a la escala de la actividad humana y sus destructivas interferencias. Está a la escala fenomenológica global latente desde los tiempos del nacimiento insular. Se le espera en todos los momentos de su larga integración en la corteza, cual arma de destrucción temible. La espera está sometida al reloj geodinámico global; no al humano y menos al de las amplificaciones mediáticas alarmantes. La espera pudiera ser corta y se están tomando las medidas elementales para esta circunstancia. Es más previsible que la misma sea larga o espasmódica, cual se manifestó hasta ahora. El camino es el establecimiento del semáforo permanente de Canarias. En los partes meteorológicos atmosféricos y oceánicos se deberá añadir el “parte geo-dinámico de riesgo insular” sismo-volcánico. Recogido y transmitido con precisión, permanencia e interpretado dentro de los cánones que la ciencia y técnica ofrecen, para casos tan difíciles como el comentado. Sucedido y activado más para la curiosidad que para el respecto y elevación o adecuación de los niveles de prevención y estudio.

Postdata: este artículo fue publicado el 30 de septiembre de 2011, consecuente con los estudios que desde la Facultad de Geología y Biología de Madrid realizaban en Canarias discípulos de mi catedrático y mentor de tesis fallecido: Dr. Noel Llopis Llado, catedrático de Geología en la Universidad de Oviedo, fundador del Instituto de Geología Aplicada en la misma y muy notable investigador; después sus discípulos en Madrid y grupo de investigaciones petrológicas del Dr. Fuster realizaron una labor ingente en Canarias.

Me congratula poder dedicárselo con el mejor de los recuerdos de tiempos más sobrios económicamente, trabajosos y que nos devuelven a dar más importancia a las Ciencias Naturales de entonces o la hoy Ambiente logia.