Negacionistas y antivacunas
Aunque después de todo lo que hemos visto ya quedan bastantes menos, todavía hay negacionistas y antivacunas que, en su delirio, nos quieren convencer a la inmensa mayoría de que ellos están en lo cierto y que casi la totalidad de la comunidad científica, todos los estados de este planeta representados en la Asamblea General de la ONU, la OMS, los médicos, etc., no. ¿Qué puedes argumentar contra este tipo de gente, gente como Miguel Bosé?, pues nada, no puede uno perder el tiempo rebatiendo a los negacionistas, a los que se han inventado conspiraciones delirantes, a los que, a pesar de que han visto cómo las vacunas han logrado parar en seco la sangría de infectados y de muertos, siguen en su mundo, en el mundo de Yupi. Es lo mismo que intentar convencer a los que siguen manifestando que la Tierra es plana de que los astronautas la ven redonda, decir a los que creen que los extraterrestres andan entre nosotros que nos presenten a alguno o que no es cabal creer que las aguas del Mar Rojo se abrieron para que pasaran por allí Moisés y los israelitas. Con los fanáticos no puedes hacer nada ¿O sí? Pues sí, con los negacionistas y antivacunas sí puedes hacer algo: antes de que nos deleiten con sus bobadas, bobadas peligrosas, eso sí, yo les exijo, para que sean coherentes con lo que predican, que me presenten una declaración firmada donde renuncien explícitamente a ser atendidos si se contagian de covid y, por supuesto, que renuncien a ser vacunados. Porque estos impresentables, después de decir todas las chorradas que hemos tenido que escuchar de sus bocazas, cuando se contagian, ven de primera mano que estaban equivocados y les tiemblan las canillas ante la de la guadaña, llaman corriendo a urgencias para que los que, según ellos, estaban equivocados los salven. Lo hemos visto hacer al primer ministro británico, lo hemos visto hacer a Trump y lo hemos visto hacer a la primera señora infectada por la variante Delta en Asturias y a toda su familia, entre otros muchos.
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