Un simpático almuerzo
Trabajando, como se dice vulgarmente, como chinos, finaliza el horario de trabajo a las tres, es decir, a las 15 horas, pero la tarea no se había acabado y, por tanto, era necesario continuar por la tarde, con lo cual consideramos no ir a nuestras respectivas a comer y sí hacerlo en un lugar cercano al trabajo y seguir a continuación con nuestra tarea.
¿Dónde comeríamos? Sitios había bastantes para escoger, pero había uno donde habíamos oído que los menús eran buenos y sus precios ajustados a su calidad. El lugar estaba en la calle Jesús. Tenían un pequeño bar que daba a la calle y, por una escalera, se subía a una planta que tenía un comedor que, sin ser demasiado grande, tenía unas cuantas mesas. Y allá nos fuimos mi compañero y un servidor.
No me pregunten por el nombre del establecimiento, aunque quiero tener la idea de un nombre de origen vasco. Hoy, por más que indagué entre mis amistades, no hubo forma de conocerlo. Volvamos al inicio.
Corríamos el riesgo, por la hora, que nos diesen de comer y se hubiese acabado el menú del día. Pero no, tuvimos suerte. El comedor se estaba ya vaciando, de tal forma que al cabo de un rato los únicos comensales éramos nosotros. Una señora bien dispuesta y acicalada dispuso nuestra mesa y, entretanto en la cocina, preparaban nuestros platos, la mencionada señora retiraba las servilletas y otros útiles de los ausentes comensales.
No recuerdo lo que comimos y si nos preguntó si queríamos agua o vino. Mi compañero sí prefería vino, pero yo no, con lo cual ambos nos decidimos por agua. Cuando ya comíamos el segundo plato, a mi compañero le entró ganas de tomar vino y, aprovechando la ausencia de la señora, observó que en una mesa contigua había una botella de vino que tendría un centímetro de tal bebida al final, se levantó como un rayo, cogió la botella, descargó el escaso vino que quedaba en el vaso ya vacío de agua y con la misma rapidez devolvió la botella a su mesa original. Y aquí no pasó nada.
Señores, yo pasé una vergüenza bochornosa, que aún hoy no se me olvida.
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