Dependientes de un sistema a la deriva
Lo que podríamos llamar dependencia relajada del sistema nos convierte en cómplices involuntarios de casi todos los males que amenazan la supervivencia. Necesitaría las páginas de un ensayo para repasar esos males, así que voy con un par de ejemplos de los que al menos uno os puede sorprender. La emisión de gases de efecto invernadero y con ellos el calentamiento global nos acusa a casi todos los habitantes del planeta de una u otra forma. Una de las causas es “la obsesión con los mandos a distancia”.
¿Qué tienen que ver estos aparatos con los gases? Pues bien, para que los mandos a distancia funcionen, hay que dejar los televisores, vídeos y demás aparatos electrónicos en la modalidad de espera, por lo que casi nunca se apagan por completo. Como resultado, las centrales eléctricas liberan a la atmósfera millones de toneladas de dióxido de carbono. En otras palabras, la energía necesaria para mantener los electrodomésticos de Australia en modalidad de espera ocasiona la liberación de la misma cantidad de gases de efecto invernadero que emiten un millón de automóviles (he recogido el informe de Australia porque alivia un poco que el dato nos caiga lejos).
En 1800, un 3% de la población mundial vivía en zonas urbanas. En 2008, el número había ascendido al 50%, y para el 2050 se espera que alcance el 70%. Cuantas más personas vivan apiñadas en las grandes urbes, mayores serán los niveles de agresividad y frustración. La masificación urbana conlleva otras fuentes de estrés, como son la contaminación del aire, el ruido, la escasez de viviendas, los choques culturales y la elevada criminalidad. A mayor tensión, mayor frustración, mayor agresividad y mayores probabilidades de perder la paciencia. Yo mismo estoy que me muerdo los puños por la desfachatez de los fumadores, o con el chumba chumba a todo volumen.
Si alguien sabe de una bonita casa de pueblo con jardín y de un alquiler más que razonable, que se lo haga saber a mis amigos del periódico, por favor, y estos a mí. Podría vivir sin TV, algo es algo.
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