La Nueva España » Cartas de los lectores » El banquero furgonetero

El banquero furgonetero

3 de Noviembre del 2021 - Alejandro González Lada (Urbiés)

A mediados de los años 70, la mayoría de los pueblos asturianos, a pesar de los graves problemas en las comunicaciones, gozaban de una serie de servicios que hoy en día pueden llegar a echarse de menos en algunas localidades. Era habitual que en los pueblos hubiera carnicería y tienda de ultramarinos, y en caso de que no hubiera tienda, siempre aparecía el vendedor que se desplazaba en furgoneta para ofrecer el género. Recuerdo que a mi pueblo llegaban fruteros, butaneros, panaderos, e incluso varios pescaderos, estos últimos ofreciendo a viva voz eso de: ¡Hala, muyereeees, que traigo pescao fresco!... ¡chipirones resultones, sardina fina, bacalao "resalao", y trucha de ría "na de piscifatoría"! Era un servicio más, en donde una vez captada clientela se hacía habitual su paso por la localidad varios días a la semana, en un horario más o menos establecido.

La semana pasada me entero de que la sucursal de Turón, de la antigua Caja de Ahorros de Asturias (posteriormente Cajastur, Liberbank y, actualmente, Unicaja Banco) cerraba la única sucursal que seguía abierta en el valle de Turón. No sé en qué año se inauguraría, pero sé que mis primeros ahorros, en aquella hucha de plástico color ámbar que se abría con un llavín por la base metálica, me la dieron en el año 1975. En aquellos tiempos las cajas de ahorros eran las caras amables del mundo financiero, en donde el cajero o el director eran amigos, ayudaban, asesoraban y se sabían tu nombre, y si no lo recordaban te reconocían con la familiaridad que caracterizaba el trato directo, como al hijo o al nieto de fulano o mengano.

Ya sabemos que esos tiempos quedaron atrás, y los bancos de hoy no son cajas, son bajos comerciales luminosos, repletos de pantallas y dispositivos, para que los supuestos clientes realicen labores propias de empleados (que no existen) porque según van produciéndose las fusiones van extinguiéndose poco a poco, camino de la cola del paro.

El pésimo trato de las entidades bancarias a sus ¿clientes?, y remarco entre signos de interrogación, la posible definición de quienes hoy en día somos un híbrido, que se debate entre operarios sin derecho a sueldo, con limitación para sacar/ingresar dinero y con horario estricto para pagar ciertos recibos, y que en definitiva formamos parte de ese "ejército de salvación a la fuerza", que libró de la quiebra a ese reducido grupo de parásitos sociales que, después de dar el campanazo ("remember" Rato), dejaron sin blanca todas las cajas de caudales del reino, ojo, sin forzar cerradura alguna.

El caso es que con el enésimo cierre, en este caso el de La Veguina, se deja sin la emblemática oficina turonesa a todos los pueblos del valle, pero no se preocupen, que la banca no les va a dejar colgados. Esos grandes tragones, que engulleron decenas de miles de millones de euros y celebran periódicamente (sin rubor alguno) cientos y miles de millones de beneficios (sin saldar su deuda con nosotros), van a poner en práctica un servicio al más puro estilo setentero: "El banquero furgonetero"... ¡Oiga, señora, que ya está aquí el banquero! ¡Señora, el banquero le trae una pequeña parte de su dinero! ¡Señores, dinero fresco, apúrense que me lo llevan de las manos! ¡Jajajajaja! ¡Estar estaremos, pero no sabemos si volveremos! ¡Y le ofrecemos el vale del carbón, sin comisión! ¡Oigan, señores que no les cobramos la gasolina!... (voz en off: de momento, después ya hablaremos de los gastos de aceite, ruedas, seguro, etcétera). ¡Olvídense de la libreta y no me hagan la peineta! ¡Hacemos las cuentas claras, y si no están claras, se venden caras! ¡Venga, señores, acudan raudos y veloces al "banquero furgonetero", hoy le ofrecemos la hipoteca clueca, sentado y empollando huevos, la señora a cualquier hora y el señor si hace el favor!

Mmm... sí, posiblemente usted también caiga en la misma conclusión, que este servicio ya no es que deje mucho que desear, es que ha conseguido auparse al peor de los servicios públicos que puedan ofrecerse al ciudadano, motivo y causa del malestar de la ciudadanía, cobrando dinerales por cualquier operación, estafando los ahorros que tanto trabajo y sacrificio nos cuestan, despreciando al cliente, fijándoles horarios para hacer cualquier operación, pidiéndoles que lo hagan desde su correo, cajero o dispositivo X... ¡Y pensar que antes de que llegara el salvaje rescate yo ya apostaba por la nacionalización de la banca!... ¡Qué pérfidos estos comunistas-sociatas-proletarios!... ¡Siempre pensando en el beneficio del pueblo! ¡Es que no tenéis vergüenza! ¡Siempre en contra de los sufridos potentados, explotadores, tunantes, sanguijuelas, rastacueros, cazurros, fulastres...! etcétera.

Cartas

Número de cartas: 48976

Número de cartas en Diciembre: 99

Tribunas

Número de tribunas: 2175

Número de tribunas en Diciembre: 3

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador