Más que un policía, un matón
La tarde del 25 de agosto un policía local de Gijón protagoniza un incidente que, además de ser denunciado por la que suscribe, quiero dar a conocer.
Alrededor de las 6 de la tarde del miércoles 25 de agosto, en los Jardines de la Reina, mientras estamos paseando observamos a un grupo de personas vendiendo, imagino que ilegalmente, películas y complementos. En ese mismo instante una pareja de la Policía Local de Gijón aparece y procede a incautar la mercancía (entendiendo que es una de sus labores, pues la venta de copias ilegales no está permitida).
Uno de los agentes persigue a uno de los chicos. Primero, intenta ponerle la zancadilla, para tirarlo al suelo. Como no lo consigue no duda en sacar la porra y perseguirle por los jardines, entre la gente, para pegarle por la espalda.
La zona estaba muy concurrida y fuimos varias las personas que increpamos al policía local por actuar con excesivo celo en sus funciones, por utilizar una violencia brutal y totalmente innecesaria hacia un chico que no se le enfrentó, sino que huía.
Ante esta situación, tomé la decisión de intervenir con expresiones como «ya vale, no es necesaria la porra, se está excediendo, guarde la porra...», en ningún momento le insulté ni le amenacé ni le dirigí palabras despectivas.
El agente se sintió molesto y se dirigió a mí de forma violenta. Fuera de sí, me gritó, me alzó la mano y me empujó hasta en tres ocasiones. Me pidió la documentación y me amenazó con llevarme en un coche de la Policía Local directamente a Comisaría y con ponerme una multa por obstrucción a la labor policial y desacato a la autoridad.
Ante el nerviosismo del policía, decido no identificarme hasta que una segunda pareja de policías locales, éstos sí de forma impecable, me explican el procedimiento que se iba a cursar sobre mí y me mencionan que estaba en mi derecho, si quería, de poner una queja hacia el mencionado policía local.
Inmediatamente cursé la queja contra dicho policía:
1.º Por haber ejercido una violencia extrema y, repito, totalmente innecesaria sobre un chaval que no se resistía, sino que huía.
2.º Por su abuso de autoridad y violencia verbal y física hacia mí.
Doy las gracias a los testigos que, muy valientemente, se ofrecieron a explicar lo sucedido ante la justicia si fuese necesario.
Creo que este policía local se merece una sanción ejemplar, puesto que no representa al Cuerpo de Policía Local de Gijón, que en la mayor parte de las ocasiones realiza una labor encomiable. Es triste que con gente así, como ciudadana, no me sienta segura, y me niego a que mis impuestos sean destinados a pagar el sueldo de un matón.
Belén Osorio Álvarez, Gijón
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