Nuestros mayores merecen mejor trato
El pasado 4 de noviembre, mis octogenarios suegros acudieron al Hospital Monte Naranco para recibir la tercera dosis de la vacuna frente a la covid.
Pues bien, la cita estaba concertada para las 18.15 y fueron vacunados a las 20.15. Como lo leen: dos horas metidos en un coche en una cola que apenas avanzaba.
No corrieron la misma suerte los que ayer en Gijón, en el pasillo de La Guía, les tocó asistir al mismo circo, pero de pie, sin distancia de seguridad, apoyados en su bastones.
Para un concierto, un mitin político, etcétera, hay una planificación exquisita y hablamos de miles de personas. Sin embargo, estos “actos”... ¿nadie los planifica? Se debería citar por horas, aforos y en espacios acondicionados.
Y es que el problema es el de siempre: falta de inversión en recursos humanos.
Huelga decir las numerosas quejas que recibieron las dos enfermeras que, solas ante el peligro, realizaban su trabajo.
Su respuesta fue: les agradeceríamos que protestasen, estamos solo dos profesionales para atender a 500 personas.
Ignoro quién es el/los culpables, si tienen padres, suegras, tías o hermanos de avanzada edad... pero considero de profunda vergüenza estas lamentables colas y habría que depurar responsabilidades.
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