¿De qué derecho me hablan?
Para utilizar las palabras bables no se necesita ningún derecho, es algo que acostumbramos a hacer desde siempre asturianos y otros pobladores de Asturias. Tiene gracia que algunos defensores del tema político, con representación en ciertos casos en la Universidad, nunca les vi utilizar palabras bables durante más de 30 años. Y que nuestros más sabios profesores del tema lingüístico/filosófico ni siquiera consideraban la necesidad del bilingüismo.
Este no es un derecho por necesidad, es una acción política fundamentalmente de la izquierda extrema asturiana. Ni maldita necesidad hace falta decir nada a favor de un pretendido derecho, que busca crear mamandurrias y aumentar el gasto de una comunidad empobrecida como Asturias. Es como procurar uniformes reales o armaduras a personas que lo que necesitan es trabajar o cubrir sus necesidades básicas. Parece un juego macabro de ciertos politicastros que quieren apoyar su izquierdismo en esa cooficialidad. Argumentando falsamente que eso mejoraría Asturias.
El batúa vasco solo pretende el separatismo, necesidad que en Asturias desde el 34 solamente pretenden algunos extremoizquierdistas.
Que se mantenga y mejore la siderurgia, que no se cierre el aluminio, que se controlen los beneficios de algunas metálicas que trasladan el 80% a la antiespañola Europa: Suiza, Benelux, etcétera. Que se produzca más energía conveniente o más cemento. Que se finalice el AVE. Que se suprima el peaje del Huerna. Que se apoye el campo y la ganadería.
Que se mejore el sustrato industrial y que decidan nuestro futuro los que más saben, que están apartados por el Gobierno provincial, etcétera.
Esto sí que urge y es un derecho de los asturianos, y no mantener o apoyar el "revolucionarismo". Históricamente ligado a la segregación de España. ¿Recuerdan cuando nos separaron del resto de España? Revisen la historia de aquel fracaso (p. e. en Grado te vendían patatas, manzanas o cebollines con plata real, no querían "nueva moneda en papel" los del campo astur). Gente trabajadora y realista.
Ni puñetera falta nos hace la cooficialidad, pero harán lo de siempre, comprarnos uniformes reales y armaduras férreas.
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