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Sobre el callejero de Oviedo

14 de Noviembre del 2021 - Gloria García-Nieto (aaa)

Casi agotando el primer cuarto del siglo XXI y las mujeres aún tenemos que seguir dedicando energías y tiempo a pelear por lo obvio. Hay quienes dicen que el feminismo está trasnochado y no les falta razón… si pensamos en todo lo que “trasnochamos” tantas y tantas mujeres cada día, cada noche de nuestras vidas, para agrandar nuestra libertad y ampliar nuestros derechos y también para que no nos roben lo conquistado y para que nadie olvide el trabajo de tantas que, antes de nosotras, empeñaron su vida para traernos un mundo mejor, más justo, más igualitario, con más conocimiento.

En poco más de dos años, el señor Canteli, alcalde de Oviedo, nos ha devuelto al modelo “Sección Femenina” que nos inculcaban los “maestros nacionales” de la escuela franquista: las mujeres buenas son las que se ocupan de su familia y se esfuerzan por agradar a los hombres. Por ello resucitó la reina de las fiestas, nos invita a pasear del brazo con los maridos para comprar más, nos niega la ciudadanía ovetense cuando nuestras reivindicaciones no son de su agrado, nos pretende dirigir, tutorar y limitar nuestro derecho a la participación efectiva, como si fuéramos menores. Nos quieren entretenidas jugando a los globos llenos de palabras vacías, a las casitas (nada de discutir el Plan General de Ordenación Urbana desde una perspectiva de género) y plantando arbolitos en los parques (nada de debatir la política ambiental o de movilidad urbana y sus consecuencias para más de la mitad de la población). Todo vale para contrarrestar las reivindicaciones que conllevan los 8 de marzo o 25 de noviembre y su necesaria traducción en hechos reales con medidas y servicios concretos, útiles para caminar hacia la eliminación de todas las formas de discriminación sexista, de la desigualdad entre mujeres y hombres que está en el origen de todas las violencias hacia las mujeres, incluida la ceguera interesada o ignorante que nos invisibiliza.

Si las mujeres no existen, entonces no es importante que se las mate, se las viole, se las explote laboralmente, se las dome en la escuela y en casa o se utilice su imagen como objeto mercantil. Pero somos más de la mitad de la humanidad y un motor imprescindible para el mundo, aunque nuestro trabajo esté tan oculto como el núcleo de la Tierra. Y ese es el problema, solo se nos ve cuando somos volcán, cuando estallamos, hartas de la misoginia y el ninguneo, hartas de las violencias machistas.

Las mujeres tenemos historia porque también hemos hecho la Historia, las mujeres también somos sabias y cultas porque también hemos hecho grandes aportaciones a todas las ciencias y las artes y en todos los ámbitos de la actividad humana… Y todo ello a pesar de que la fraternidad masculina (con la aquiescencia de algunas mujeres) nos impidió el acceso general a la educación hasta hace apenas un siglo. Los estudios universitarios y el ejercicio profesional, por tanto, también nos fueron vedados. Y, a pesar de ello, y del triple esfuerzo que, en general, supone para una mujer competir profesionalmente con un hombre, siempre hemos estado y estamos abanderando el progreso humano.

No es difícil reconocer los incuestionables méritos de las mujeres que dan nombre a 11 calles ovetenses que ahora están en un limbo: si el procedimiento de esa nominación fue ilegal, solo hay que legalizarlo, como hacen con las obras o las terrazas de la hostelería cuando les place.

Mostrar su ignorancia –interesada o no– con los pueriles argumentos sobre la manipulación de las organizaciones feministas por parte de los partidos de izquierda es, además de un demérito, una penosa manifestación de su incapacidad para leer la realidad y un insulto gratuito a la independencia de las asociaciones de mujeres que, al margen de las afinidades de partido (o religión) de cada una de sus miembros, como colectivos tenemos muy claros los objetivos: con los derechos y la libertad de las mujeres, ni un paso atrás. Pese a quien pese y gobierne quien gobierne.

En la Asociación Feminista de Asturias (AFA), lo hemos puesto de manifiesto en los 45 años de nuestra existencia y no permitimos que se nos cuestione ni nuestra independencia ni la radicalidad (porque va a la raíz) de nuestro feminismo pacifista y pacífico.

Las conquistas de las mujeres no nos las han traído los partidos, las han llevado las mujeres y el feminismo a la política institucional y los partidos las han acogido, o no, en la medida de lo que cada uno respeta y valora a las mujeres y sus aportaciones.

Si en una ciudad más del 90% de sus calles rinden homenaje solo a los hombres (con sus méritos) están usurpando el espacio de reconocimiento de los méritos a más de la mitad de la humanidad.

No, señores y señoras del gobierno ovetense, no se trata de revanchas: se trata de méritos, de justicia y de igualdad, se trata de que cumplan con hechos las declaraciones bonitas de cada efeméride que recuerda las luchas de las mujeres. Las mujeres no necesitamos ni patrón, ni marido, ni partido que nos cuide, necesitamos una sociedad justa e igualitaria en la que sabernos libres, capaces, respetadas, reconocidas y visibles.

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