Quiero políticos serios, nada de humor con las cosas de comer
La política jamás debiera ser concebida para quienes pretendan vivir de ella, pueden hacerlo, pero no porque sea el destino de una profesión previamente concebida. Solo los que muestren capacidad, seriedad, entrega y determinación podrían lograr estar años en ella. ¿Pero qué es este arribismo enfermizo de que todos valen para políticos? Tenemos ministras (Belarra e Irene) que no han dado un palo al agua en su vida, pues se ganan un sueldo y un prestigio que no merecieron jamás. La mayoría de los políticos, incluidos sus lideres, también dejan mucho que desear. Pues en este santo país, callamos o decimos corto. Deja en mal lugar dicha representación al resto de la sociedad. Por eso debemos denunciar este tipo de proceder, no es posible ejercer un cargo público de tal responsabilidad sin haber sustanciado en la vida personal un currículo para merecer estar en la política.
Hay quien incluso dice que falta humor en la política, lo que falta es seriedad.
Yo no echo en falta a ningún político anterior, solo espero y deseo que los que estén sean personas dignas para el cargo que ocupen. Los políticos no viven de frases, más bien de hechos.
Es cierto, da pudor y vergüenza ajena escuchar a estos mediocres parlamentarios lanzándose improperios, siempre en espera de devaluar al contrario más que hacerse valer ellos mismos.
La empatía no se improvisa, se tiene; asimismo, la capacidad y la personalidad no se pueden ironizar, se sabe, se ve y se aprecia.
A mí me ocurre igual con todo, un médico prefiero que sea eficaz a amable; un político también debe ser él, el ingenio disimula la ineficacia, la sonrisa también. Prefiero la gente seria para todo. Las sonrisas y las ironías para las cosas menos serias. Hay tiempo para cada cosa. En el trabajo sobra el humor, sobran las sonrisas... falta profesionalidad.
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