Tino Casal, 19 años después
En la madrugada del 22 de septiembre, hace 19 años, de súbito te nos fuiste. Tu energía fue abducida tras aquel absurdo accidente de tráfico, se elevó sobre el cielo de tu Madrid del alma y fue proyectada hacia un paradero para nosotros desconocido. Ocurrió al amanecer, cuando, tras una noche de discotecas, ya regresabas a casa desde la última, el Gotham, que hizo premonitoriamente honor a su significado: “Lugar maldito”.
Pero toda tu energía no nos abandonó, quedan algunas “perlas” desperdigadas en forma de recuerdos que día tras día siguen alucinándonos:
Es un huracán profesional
que viene y va buscando acción,
vendiendo sólo amor.
Aniquilar
pisar por encima del bien y el mal
es natural, en ella es natural…
David De Pablos, ese ferviente admirador, que tan bien ha entendido tu esencia, sostiene que tus enseñanzas son precisamente esas perlas y que se pueden unir entre sí como las gotas metálicas de mercurio, para crecer y ganar intensidad…
En mi bola de cristal
el pasado puedo ver,
el poder de Excalibur
en el lago de champán…
Y así sembraste la Tierra de miles de ellas para los que van llegando, y al recogerlas, sientan su poder… Jen, Pedro, Maite, Tere, Silvia, Gerardo, Roser, Ale, Raquel… y miles más que algún día la sentirán…
Cuando en la jungla recuerdo su voz
va subiendo la tensión
ojos desnudos que me hablan de ti
tigre bengalí…
Y pasarán generaciones y en ellas tu estilo seguirá triunfando… y seguirás vivo mientras que alguien te recuerde.
Gracias Tino.
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