Gracias por no vacunaros, paracetamol y pa casa
Hasta ahora pensaba que no había nadie más jeta y egoísta que la clase política, pero nos estamos topando con otro grupo social que “buena la hará”: “Los antivacuna covid-19”.
Estos no son negacionistas. Los negacionistas negaban el Holocausto -ya se sabe, la ignorancia está campando gracias a la ley de conseguir el fin académico solo con intentarlo, y así nos irá-. Nos enfrentamos, por lo tanto, a un grupo de personas que, en general, se creen más listos que nadie.
Es el típico comportamiento del que, ante lo desconocido (que en ellos suele ser casi todo), espera a que lo prueben los demás, sin poner luego sus barbas a remojar.
Se escudan en las estadísticas más derrotistas, como que “los vacunados también transmiten virus”, “los de menos de 12 años nos lo traen de la escuela”, “la incidencia en hospitales se redujo”, que son verdades, pero no aducen que “en la actualidad se está incrementando el contagio” ni “la mayoría de los contagiados son no vacunados” ni que “se incrementa la tasa de mortalidad”.
Esta pandilla, en contra de lo que alardea, no es demócrata, solo piensa equivocadamente en su bien. Pero que no se equivoquen: lo que no es bueno para la sociedad tampoco lo será para ellos.
No se dan cuenta de que, aunque se consideren más fuertes que nadie y cumplan con las normas, viven en esta sociedad y están en contacto con nosotros o con sus allegados, que sí lo están.
Por lo tanto, ¿qué derecho tienen a contagiarnos y que por alguna complicación nos veamos en el hospital, en la UCI o criando malvas? Ninguno.
Y si les toca a ellos, como decía y luego padeció en escraches un marqués: ¡jarabe democrático!
¡Paracetamol y pa casa!
José Benito Álvarez Bravo
Oviedo
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