Civismo, educación, higiene
Desde que se inició esta maldita pandemia, desde que comenzamos a usar mascarillas, se observa por las calles gijonesas cantidad de mascarillas tiradas por los suelos. Es de suponer que cuando se les caen a los usuarios hay un buen número de ellos que no se molestan en recogerlas para deshacerse de ellas en una papelera próxima. No, directamente las dejan donde se han caído.
No hace mucho tuve ocasión de presenciar una escena en la que una señora llamaba la atención a un viandante porque se le cayó la mascarilla y allí mismo la dejó. La buena señora le instó a que la recogiese, pero ni caso: el paseante le respondió airadamente que no quería contagiarse una vez que la mascarilla ya había tocado el suelo.
La señora abrió su bolso, sacó un billete de 5 euros y lo tiró al suelo, junto a la mascarilla, y le preguntó al maleducado ciudadano si recogería del suelo el billete de 5 euros, si fuese o suyo o se lo hubiese encontrado. Por supuesto que lo recogería, le contestó el individuo, es dinero. Pero puede contagiarse de igual manera que si recoge la mascarilla, le dijo la señora.
El tipo ya no supo qué decir y, presionado por la presencia de varias personas que se habían parado a contemplar su grosero acto, no le quedó más remedio que recoger la mascarilla y también el billete de 5 euros, que entregó a la señora increpante.
No cuesta tanto ser cívicos, educados e higiénicos y recoger las mascarillas que se caen, no pasa nada, no se van a contagiar por esto, pero si se contagiarán como guarros e indecentes.
David Prado Fernández-Villamarzo
Gijón
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