Oficialidad del bable asturiano
“Se considera que una lengua es oficial cuando la adoptan los órganos del Estado para sus actuaciones”, quiere decirse que no es baladí el convertirla en cooficial. Será impuesta, necesitará inversión, medios y personal. Otra cosa es lo provechosa que sea para los asturianos, se perderá tiempo y dinero que tendrían otras urgencias, por ejemplo, el dedicarlo a acabar con las listas de espera en nuestra sanidad.
Algunos dicen que no tiene nada que ver lo uno con lo otro, vaya si tiene que ver, bable a cambio de salud.
Por cierto, claro que sería sano democráticamente un referéndum para ver si los asturianos queremos perder el tiempo y el dinero en chapurrear un bable perdido y reinventado. Resulta que antes los de los pueblos eran palurdos parlantes y ahora pretenden los de la ciudad recuperar aquello de lo que se reían.
Tenemos derecho a decidir si queremos que este chapurreo se convierta en lengua oficial.
Los defensores de hacer oficial el bable y convertirlo en lengua son muchos y bien avenidos, tengo amigos en ello, pero eso no implica el mojarse, el asturiano es un retroceso, ni es cultura, ni servirá para mejorar la vida de los asturianos en nada; en definitiva, es una pérdida de tiempo.
¿Por qué los que nos quieren implantar el chapurreo no aceptan un referéndum al respecto? Sería lo lógico, lo normal y lo más democrático. En campaña expondrían las bonanzas de semejante ocurrencia; los contrarios, nada, ya tienen la campaña hecha y bien ganada. Por eso se quiere meter a calzador, la mayoría no lo quiere.
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