Zapatistas en Asturias
Siguen ruta las dos delegaciones o grupos de escucha y palabra que pasaron por nuestra tierra.
De Cantabria a Galiza hubo ocasión también de una parada técnica de otra delegación del Congreso Nacional Indígena de México, dos nahua y una zapoteca, a las que se les pudo hacer algunas preguntas: estaba nada menos que Marichuy, portavoz y excandidata presidencial.
¿A qué vienen las Zapatistas a Europa? Lo han estado contando en numerosos colectivos, centros sociales autogestionados, iniciativas de soberanía alimentaria, espacios comunitarios, o gente solidaria de Asturias.
Las cuencas del Nalón y el Caudal, Xixón, Oviedo, Llanera, Grau, Tapia, Navia… formarán ahora parte de sus apuntes mentales y escritos, para contar en sus comunidades cuando regresen a primeros de mes… al cumplirse tres meses de su salida, y dando paso a nuevos contingentes que llegan a Europa “en un viaje de vuelta” o devolviendo la visita de la numerosa gente que, cuando el zapatismo estuvo “de moda”, fueron o fuimos a Chiapas a curiosear de qué van, de qué iban estas comunidades indígenas rebeldes, qué es lo que proponen y nos proponen al mundo.
Aquí estamos, han dicho. Existimos y viajamos a vuestra tierra, pese a los numerosos impedimentos interpuestos, los muros de la burocracia, en México y en Francia.
De la digna rabia, de las resistencias y rebeldía construimos nuevos caracoles, nuevas juntas de buen gobierno, es decir, la autonomía y la autodeterminación indígena, tema que ha sido el central de las muchas horas dedicadas a platicar con las organizaciones asturianas.
Y para despedida un 20N de resonancias antifascistas en nuestro país, uno de los grupos de mujeres Tzeltales y Choles, en los Oscos en actividades lúdicas, y otro grupo de hombres choles, en los jardines del movimiento indígena de Contrueces, en Xixón, y haciendo geoteatro en Pampiedra-Ciañu: la charanga “Ventolín”, patrimonio inmaterial de nuestra Asturias, fue la protagonista de esta despedida fraterna, dejando impregnados sus ritmos populares en un arbolito plantado en el parque y en los corazones (y los celulares) de los zapatistas, que lo contarán allá, a su regreso, a las comunidades rebeldes zapatistas que no solo anuncian, sino que ya han construido un mundo nuevo.
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