Un contertulio en el recuerdo
Personas destacadas por su participación en la vida social, académica, política, etcétera, de Asturias, han glosado con generosidad, y desde ángulos distintos, en las páginas de éste y otros periódicos, el pensamiento y el hacer de don Juan Luis de la Vallina, lamentablemente fallecido el pasado mes de agosto, cuando todavía le quedaban por delante unos años para seguir ejerciendo su magisterio en los diferentes ámbitos que ha abarcado a lo largo de su trayectoria.
De aquí que resulte improcedente ahora insistir en las apreciaciones y subrayar las reflexiones, ya expuestas por quienes han tenido la suerte de tratar directamente, y sentirse gratificados, por el que ha llegado a ser una relevante figura en el región, sino que más bien parece acertado hacerse eco de pasada de sus últimas vivencias, como miembro activo de la tertulia «L’Alderique», de la que ha sido un animador al mismo tiempo que un guía.
Ha sido posiblemente en este colectivo, formado por gentes cualificadas en el acontecer social de Asturias, representantes incluso de algunas de sus más destacadas actividades, donde una vez al mes y en el programa «Encuentros», don Juan Luis de la Vallina ha mostrado su categoría humana, no recurriendo en ningún momento a sus méritos pasados, no intentando imponer sus criterios acertados, sino más bien haciendo alarde de su capacidad de entendimiento a la par de su habitual discreción.
Eran, éstas, cualidades que ha lucido siempre, enmarcadas dentro de un estilo personal equilibrado y no exento de señorío, que impresionaban gratamente a quienes hemos tenido la fortuna de contar con su presencia cara a cara, sin duda bastante libre ya del destacado protagonismo público al que le habían llevado las circunstancias, para bien del devenir de las últimas décadas de la región, según criterio ampliamente compartido y puesto de manifiesto estos días.
Al hilo de lo dicho hasta aquí, parece ya obligado destacar el hecho de que sea la desaparición de los seres queridos, la muerte inevitable, la marcha de las personas valiosas, el momento elegido para destacar sus virtudes, cual es el caso presente de don Juan Luis de la Vallina, a quien con el recuerdo emocionado que le estamos dedicando, aseguramos aún de algún modo su presencia entre nosotros, haciéndonos testigos permanentes de su vida admirable.
César Álvarez, periodista fundador/coordinador de la tertulia «L’ Alderique», Oviedo
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