Salud mental, otra pandemia del siglo XXI
Hoy en día, un gran número de personas sufren algún tipo de percance en cuanto a su salud mental se refiere. Padecen de una enfermedad que se hace invisible al no presentarse en una herida superficial o un dolor en el cuerpo. Los síntomas de los nervios derivados pueden sucederse en dolencias cardiacas, intestinales, de somnolencia... pero el factor más grave es la inestabilidad emocional, que encuentran tanto las familias y el entorno que les rodea, una elevada desinformación de la sociedad sobre estas situaciones, que en muchas ocasiones les lleva a alejarse de su compañía y condenándolas a la soledad. Es muy fácil huir del problema centrándonos en el bienestar personal y no pensar en la ayuda que podemos ofrecer. Como consecuencia al aislamiento que sienten, un alto porcentaje de ellas caen en adicciones nefastas que, unidas a su patología, llegan a convertirse en una burbuja de las que un trágico final es para muchos el desenlace de su vida.
Por ello, el Gobierno recientemente ha incrementado el presupuesto para atender a muchos pacientes que, entre sus síntomas anteriores y la crisis sanitaria de la Covid-19, han visto agravada su situación, aunque yo considero que es un trabajo de la sociedad apoyar e incluir a estas personas y se deben destinar más esfuerzos y presupuestos a visibilizar a este tipo de pandemia del siglo XXI.
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