El comer, cada vez más caro
Parece que no nos damos cuenta pero gracias a la inflación general ha supuesto una rápida y vertiginosa subida de precios de las materias primas y los alimentos que en los bolsillos de los consumidores puede verse afectado en más de un 30% en los precios con respecto al año pasado donde encontramos que hay menos oferta y una mayor demanda según datos de la FAO (organización de las Naciones Unidas para la Alimentación).
Lo que podemos remarcar como algo importante en estos datos es la rapidez con la que se ha producido donde la globalización hace su aparición ayudado también por un sector del transporte y donde no hay precedentes en las últimas décadas. Los aceites vegetales, para poner un ejemplo, han subido más del 75% en lo que llevamos de año y los cereales más de un 23% donde esto significa que nuestra barra de pan se encarecerá cada vez más si no hay un cambio de tendencia alcista en los precios.
Tampoco ayuda el pulso que China tiene con los mercados donde quiere reconstruir sus reservas estratégicas con un paralelismo de haber menor oferta por inundaciones en Asia o sequías en Brasil (de las peores en un siglo) que nos abocan a un encarecimiento de los costes agrarios ya sea por la energía, fertilizantes o el grano que nos auguran unos meses complicados.
Con palabras muy claras de Jayson Lusk, jefe del departamento de Economía Agrícola de la Purdue University (Indiana, EE UU) que nos dice que "los incrementos de precios de la comida siempre afectan desproporcionadamente más al bienestar de las personas (y los países) de menores ingresos".
Ahora es cuando tenemos que tomar medidas para un futuro más justo e igualitario donde unos pocos, con sus políticas desmesuradas de ganar dinero, hacen que el mundo sea cada vez más egoísta, menos solidario y con más diferencias entre clases sociales.
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