La Administración al servicio del ciudadano
Al menos eso debiera ser la realidad. El 15 de junio acudí a mi cita con la ITV de Pruvia para pasar la preceptiva y anual revisión del vehículo. En el transcurso de la misma, exactamente al entrar o salir del frenómetro el coche quedó dañado, produciéndose la rotura del cárter, y por tanto su inmovilización total.
Empujado fuera de la nave, línea 5. Me atendieron correctamente, cubrí la correspondiente reclamación, me prometieron agilidad. Llamé a mi seguro, grúa y taxi para volver a mi domicilio. Y si no tengo cobertura de asistencia, no obligatoria, ¿qué habría pasado?
Trámites con aseguradora a lo largo de toda la semana siguiente, el daño lo cubre una póliza de responsabilidad civil, sin que el perito acuda al taller. Opto por dar parte a mi seguro aunque no se trate de un siniestro entre vehículos, para reclamar a AXA, aseguradora de la parte contraria.
Tras dos meses sin éxito ni respuesta alguna, acudo a la ITV para hablar con el responsable de la estación. Está en su despacho, pero me hace esperar 35 minutos. Le pido amparo para agilizar la situación, estoy sin vehículo y aunque no lo preciso para trabajar, no es normal esperar tanto tiempo para su resolución. Recostado en su silla de despacho me dice: "sabe usted cuantos A3 pasan por la estación todos los años". Dado que es un servicio público prestado por una empresa de la administración no parece de lo más correcto ni las formas ni la respuesta, servicio al ciudadano.
Presento reclamación al consumo en el Ayuntamiento de Gijón, me dicen que al ser una empresa pública la documentación, que me ayudan a cubrir y gestionar su envío, debe ir directamente a la Consejería de Industria, responsable de las ITV. Ni qué decir que tampoco tuve respuesta, de ningún tipo. La Administración crea un circuito de comunicación, pero ella misma la incumple, vamos a cansar al ciudadano para que no siga incordiando.
A los tres meses y un día tengo respuesta del seguro, me atienden la reparación. Me reparan el vehículo, pago la factura, llevo el coche a pasar la ITV, me cobran nuevamente las tasas, y paso la inspección. Nueva reclamación por el cobro de tasas. Me indican que les justifique la fecha de aceptación del siniestro por parte de la compañía para efectuar la devolución de las segundas tasas. Supongo que su seguro les comunicará sus resoluciones.
Nueva visita a la ITV para justificar la fecha de la conformidad de la reparación con un documento en el que confirman a la estación, al responsable de la misma, entre otros, la aceptación y conformidad, una vez que aquella ha abonado su franquicia correspondiente. Luego lo sabían, pero mejor incordiar y que el ciudadano busque papeles, burocracia.
Diez días después recibo una carta certificada para que pase por la devolución de las tasas. Me hacen la devolución en efectivo, no por transferencia ni por retrocesión de la operación con tarjeta. La Administración trabajando en efectivo, sorprendente, hoy es 9 de noviembre, desde el 15 de junio, han pasado días, unos cuantos.
Nada tengo que decir de los mecánicos, ni del responsable de mecánicos, correctos en el trato y diligentes, al menos eso percibí, con sus actuaciones. No puedo decir lo mismo del responsable de la estación, falto de educación y sensibilidad, tratando que te canses y no sigas con los trámites. Muy alejando de lo que debe ser un profesional y más si cabe de un profesional público. Quizás las condiciones para acceder a este tipo de puestos de la Administración, no sean los más idóneos.
Animo a todos, en estos momentos donde la mediocridad y la falta de profesionalidad nos dominan no paguemos siempre los mismos. Hay que denunciar y exigir "lo nuestro", es lo justo.
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