¿Qué tienen en común todos ellos?
Los negativistas desafiantes, que a menudo, en las aulas, le complican la vida al profesor. Los antisistema, que a menudo le complican la vida al partido gobernante. Los que niegan la historia tal y como nos la han contado (ahora no me estoy refiriendo al Instituto Catalán de la Nueva Historia). Los que negaron que las medidas de la administración fueran necesarias durante la pandemia. Los que hace años se negaban a aceptar la prohibición de fumar. Y los que niegan el cambio climático. Y los que ahora se niegan a vacunarse. ¿Qué tienen en común los mencionados negacionistas? Son más desconfiados, ¿su afán de protagonismo es mayor? ¡Quizás! No podemos decir que la ignorancia sea un punto en común. ¡Eso no!
¿Qué podemos hacer? Sobre quienes seguían fumando, se dijo, que deberían tener una asistencia sanitaria limitada. ¡Se dijo! Y además, en los interiores no pueden fumar. Sobre quienes se niegan a vacunarse, se dice que hay que obligarlos. ¡Se dice! Y además, en los interiores, no podrán entrar. De los otros negacionistas ahora se habla poco.
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