La peregrinación por las no ayudas del Gobierno español

Mi nombre es Graciela del Pilar Bernardo Gutiérrez, nacida en la Ciudad y Puerto de Veracruz, México. Mi padre y toda su familia, asturianos, de Pola de Laviana, para más señas. Mi madre, hija de leonés. Por lo tanto, mis hermanos y yo somos españoles de origen.

En el año 2018, después de varias desventuras en Veracruz, el cual, a causa de los gobernantes y la delincuencia organizada, está muy mal y peligroso, mi vida estuvo en peligro en tres ocasiones.

Por todo esto, y siendo que mis hijos también son españoles, de padre leonés, y ya tenían muchos años viviendo en Oviedo, mi hermana y yo decidimos venir a Asturias casi con lo puesto, con muy poco dinero, pero muchas ilusiones de venir a vivir a España por mis hijos y porque presumiblemente es un país del Primer Mundo.

Ahí empieza mi calvario, nosotras sin recursos y casi huyendo de un país que “ahora”, y recalco “ahora”, es muy peligroso. Me mandan a Gijón a pedir una ayuda de emigrante retornado, no miento al decir que fuimos como diez veces, a la Casa de Mar, con dirección Principado de Asturias, 102. Me pidieron hasta mi acta de defunción, ya no sabían qué más pedirme. Yo trabajé doce años en el aeropuerto de Veracruz, me hicieron sacar todas mis semanas cotizadas en el Seguro Social de Veracruz, para después decirme que no, que lo tenían que pedir ellos, pero que por el momento no tenían tiempo y hasta ahora sigo esperando.

Seguía nuestro calvario, fuimos al SEPE a ver qué ayudas había para mayores de 55 años, nos dijeron que muchas, nos hicieron llenar una hoja a mi hermana y a mí para al final decirnos que no teníamos derecho porque todavía no teníamos un año viviendo aquí, cuando con antelación nos habían dicho que como españolas teníamos derecho a varias ayudas; obviamente, nada. Nos inscribimos como demandantes de empleo.

Tuvimos que volver al SEPE ya que mi hermana y yo estuvimos trabajando cuatro meses en un restaurante mexicano, así que nos dimos de baja.

Vino la pandemia y tuvieron que cerrar el restaurante, mis hijos perdieron sus trabajos y nos quedamos los cuatro sin nada. Nos volvimos a dar de alta en el SEPE. Solicitamos el ingreso mínimo vital, que, según el Gobierno, se dará a toda la gente necesitada, se mandaron todos los papeles y la solicitud salió denegada, como la de la mayoría de españoles, ya que no conozco a nadie a quien se lo hayan dado.

Se cierra el negocio y pido la prestación por desempleo en el SEPE, llega una carta certificada reconociendo mis derechos a la prestación, con fecha de pago del 14/03/20 al 9/06/20; un día recibí una llamada diciéndome que la denegaban, sin explicar motivos.

Vuelvo al SEPE, hago otra solicitud de prestación por desempleo y me llega la carta certificada diciendo que mi solicitud del día 18/09/20 estaba aprobada, a partir de ese día hasta el 18/08/21, poniendo mi cuenta bancaria y demás datos. No llegó nada ni ingresaron nada, y fui a ver qué pasaba; me dijo la chica que me habían enviado una carta diciéndome que al final la denegaban. Esa carta nunca llegó.

La chica me dijo que solicitara el Programa de Renta Activa de Inserción (RAI), ella me hizo el trámite, llegó denegada y con una sanción el día 18/09/20.

Decidí dejarlo todo, porque solo están jugando con la gente; sin embargo, volví a solicitar la RAI el 06/05/21 y la chica que hace el trámite, sabiendo que no me la iban a dar, aun así la mete, y sale denegada con otra sanción.

Ahí sí, ya muy enojada fui a reclamarles y hablar con la directora: su respuesta fue que ellos tenían el poder de decir que sí y después decir que no. Vaya respuesta tan estúpida. En fin, lo dejé todo por la paz sabiendo que había seguramente órdenes de no dar nada y de pedirte, como digo, hasta tu acta de defunción, todavía la señora en cuestión me reclamó por no haber estado trabajando, me enojé muchísimo y le dije: En plena pandemia negocios quebrados, ni siquiera poder cuidar a alguna persona enferma porque nadie te dejaba entrar en sus casas, ¿y me dice esto esa mujer? Por último, me pide llevar un contrato por seis meses de algún trabajo o no recibiría nada. Al final me dijeron que, como yo nunca he cobrado una ayuda, no me pueden dar nada. ¿No sería al revés? Si nunca he cobrado nada, ¿no me tendrían que dar algo?

Así estamos en España, un país según de Primer Mundo.

Para terminar, solo un recordatorio para el Gobierno español: cuando hubo la emigración española, la mayoría marcharon a América, especialmente a México. En ese entonces, el presidente de México, el general Lázaro Cárdenas, recibió hasta con honores a todos los españoles que llegaban, y lo más grande de esto fue el barco que llegó precisamente a Veracruz, donde yo nací e iba cargado de niños que se habían quedado huérfanos y a los cuales se les llamó “los niños de Morelia”. Lázaro Cárdenas fue a recibirlos al Puerto de Veracruz y los llevó a todos juntos a un lugar especial para ellos, donde se les dio todo, y así, poco a poco, la gente de bien de México los fue adoptando y les dieron educación, amor y todo lo necesario. Esos niños ahora son padres o abuelos viviendo con sus familias en México, y todos hicieron mucho capital. Algunos regresaron ya de mayores, los llamados indianos, y con mucho dinero. Otros se quedaron a vivir en México.

Mi pregunta es: si México ayudó tanto a esos miles de españoles que emigraron, ¿España no puede ayudar a dos señoras de 60 años?

Doy mil gracias a LA NUEVA ESPAÑA por publicar nuestra realidad.