¡Felices fiestas... de Navidad!
Desde hace un tiempo, al llegar la Navidad, es corriente oír a las personas la expresión que encabeza esta reflexión: ¡Felices fiestas! De ordinario y de acuerdo con la tradición cristiana que sirve de sustento a nuestra civilización, la felicitación hace referencia a la celebración del acontecimiento central del cristianismo, el nacimiento del hijo de Dios en Belén, que se conmemora cada 24 de diciembre, mientras esperamos la Parusía, la segunda venida gloriosa de Nuestro Señor Jesucristo.
En estos primeros días de diciembre, hemos tenido conocimiento -indirecto- de las instrucciones impartidas por la comisaria de igualdad -tradúzcase por igual da- de la Comisión Europea, la maltesa Helena Dalli, de sustituir la congratulación ¡Feliz Navidad! por la de Felices fiestas pretextando el respeto a quienes tienen creencias religiosas no cristianas. Las críticas que ha merecido el documento han llevado a la instructora a retirarlo alegando que las indicaciones precisan una mayor reflexión.
Coincido con la necesidad de reflexionar, no solamente sobre la idiocia de muchos de los dirigentes actuales sino también sobre los escrúpulos de quienes, sin conocer ni comprender las creencias religiosas, cristianas en nuestro caso, por la civilización en la que estamos viviendo, derivada ni más ni menos que de nuestra historia, ignoran que las celebraciones de otras religiones, como el Ramadán musulmán o el Yom Kippur judío, son respetadas en Europa, como no podía ser de otro modo en una cultura de libertad religiosa. Y no quiero olvidar a los que aun conociendo nuestra cultura, se avergüenzan de ellas, lo que se traduce, como dice mi mujer, en las "luces de carnaval" que iluminan nuestra ciudad de Oviedo, sin muestra alguna del cristianismo si exceptuamos los ángeles de la calle Uría...
Otras celebraciones, decía, respetadas, pero, naturalmente, no compartidas pues corresponden a un acervo, sobre todo la musulmana, ajeno al europeo y occidental en general.
El mundo occidental, si fija fiestas en estas fechas es porque se trata, como hemos indicado, de rememorar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, que, en cumplimiento de la voluntad de su Padre, vino a traernos la salvación a través de su doctrina, el cristianismo.
Por tanto, si se celebran unas fiestas, son las de Navidad, y el pláceme por ello ha de ser ¡Feliz Navidad!, de modo que si a Vds. les desean unas ¡felices fiestas!, añadan, por favor, "de Navidad".
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