Sobre cacicadas, una más...
Recurro a exponer a través de este espacio el lamentable y esperpéntico episodio, uno más, de la dilatada trayectoria de despropósitos que el área de Deportes del Ayuntamiento de Langreo perpetra, ha cometido, y espero (esperamos) reconsidere no volver a cometer.
El hecho es que este fin de semana se celebra, aprovechando el puente, un campeonato de un deporte en el municipio. Dicho campeonato se iba a celebrar en el Polideportivo Juan Carlos Beiro, que va para tres años cerrado, con la connivencia de todos los actores (municipales y autonómicos) que o bien no les interesa, o bien no saben muy bien a qué dedicar el millón de euros anual que cuesta cerrado, y que, como no podía ser de otra forma, no está acabado para la ocasión.
Pues bien, este “ente” dirigido no se sabe muy bien por qué personas, personajes, o intereses, me refiero al Patronato Deportivo, ante tal imprevisto, cancela todas las actividades unilateralmente de otros deportes y pone a disposición instalaciones deportivas del municipio, sin ofrecer ninguna alternativa a los afectados.
Esta práctica, habitual en este estamento, lleva a que los equipos y deportes afectados, que se encuentran en plena competición, tengan que anular sus actividades, una vez más, siendo los más afectados los niños que intentan practicar un deporte y que o bien no interesa, o bien no conviene a los dirigentes de este “ente”, que una vez más ni se inmutan ante tamaña vejación.
La última vez que escribí aquí, acabé jugando un partido como local... en ¡Luarca!
Ya está bien, ya basta de menoscabar a los deportes que o no interesan, o no tienen ningún cacique manipulando el funcionamiento de una actividad municipal, por la que pago impuestos como todo el mundo. Ya vale de desviar inversiones para “algunos” deportes y a otros no dejarles ni tocar parqué... ¿no les da vergüenza ni siquiera hacerlo por escrito, acaso no tienen vergüenza?
¡Pues bien, arreglen las goteras y los suelos de los pabellones, ténganlos dignamente y a disposición de los ciudadanos, que son quienes los costearon, y dispongan un criterio justo y equitativo de las horas de uso de los mismos, sin favoritismos ni cacicadas como las que hacen habitualmente!
Entiendo que sea un poco dura la carta, pero a estas alturas hasta aquí hemos llegado… ¿o habrá que llegar a otras instancias, pese a quien le pese, teniendo que llevarse a cabo las reivindicaciones a “uña de caballo” una vez más?
Muchas gracias por su atención, espero tomen conciencia del hartazgo que tienen algunos vecinos, demasiados diría yo, sobre esta situación.
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