La temporalidad en la contrarreforma laboral
El Ministerio de Trabajo lleva meses haciendo una labor callada, pero sostenida, de cara a dotar de un nuevo marco jurídico, más eficaz que el actual, a las relaciones laborales. Si alguien piensa que el Ministerio de dirige Yolanda Díaz, la vicepresidenta segunda del Gobierno, quiere dar un sesgo político a la contrarreforma laboral por encima de la creación de un marco de relaciones laborales beneficioso para trabajadores, empresarios y para el país es que no conoce a Yolanda Díaz. Tener al frente del Ministerio a una persona con amplia experiencia en relaciones laborales, y no a cualquier “paracaidista”, es una garantía. Dos son las cuestiones más importantes que se persiguen: por un lado, impedir los abusos, y, por otro, trabajar, dentro de la posible, para minimizar la temporalidad. Siguiendo instrucciones de la Ministra, Inspección de Trabajo ha hecho una labor enorme en los últimos meses y en un contexto socioeconómico muy difícil, logrando sacar de la economía sumergida a centenares de miles de trabajadores. Solo empleadas de hogar han sido más de 30.000. Esta es una de las razones de que en meses donde tradicionalmente aumenta mucho el paro, como octubre y noviembre, haya sido todo lo contrario. A los empresarios que cumplen con la ley y que pagan sus impuestos les gusta que no haya competencia desleal y les gusta la seguridad jurídica, por eso les gusta Yolanda Díaz. El marco jurídico contra los abusos va a ser claro en la contrarreforma y en el tratamiento de la temporalidad, al mismo tiempo que impide esos abusos, como enlazar contratos temporales indefinidamente, trata de facilitar cierta flexibilidad a las empresas sin que eso signifique necesariamente perjudicar a los trabajadores. El marco de relaciones laborales es importante de cara a mejorar la temporalidad, pero, no nos engañemos, tenemos una economía que forzosamente está sujeta a muy distinta actividad económico-empresarial según distintas épocas del año. Acabar con la temporalidad tiene mucho más que ver con cambiar los sectores productivos, más industria y menos turismo y hostelería, que con un marco más cabal y más justo de relaciones laborales. Sin embargo, se pueden dar pasos adelante, como dar más protagonismo y hacerlo por ley a los fijos discontinuos, es decir, trabajadores que van a ser empleados solo cuando las empresas los necesitan, como en los hoteles, pero que van a ser los mismos. Eso permite alguna planificación a los propios trabajadores y beneficia a las empresas, que contarán con gente que ya conoce y con experiencia. La gente está encantada con Yolanda Díaz, la política mejor valorada por los españoles, pero sin duda la mejor cualidad de la gallega es saber rodearse de personas muy eficientes, con más perfil funcionarial que político. Un ejemplo es la propia subsecretaria, Gemma del Rey Almansa, ingeniera superior en Informática y funcionaria del Cuerpo Superior de Sistemas y Tecnologías de la Información de la Administración del Estado, con una larga experiencia; la misma filosofía, el mismo criterio, tiene todo el organigrama del Ministerio de Trabajo.
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