Desvergüenza y caradura a más no poder
Ser constitucionalista no es dar un mitin desde una escalera, es algo tan simple como respetar y acatar la Constitución vigente y tan llano como cumplir las leyes vigentes. El no hacerlo conscientemente y permitir, por intereses propios, que otros tampoco lo hagan es de miserables.
Hace relativamente poco tiempo en Madrid, claro, por una falsa denuncia de un tipo que dijo que le habían puesto “maricón” no sé dónde se formó de inmediato una reunión ministerial al mas alto nivel, incluido el falso doctor que nos pretende gobernar. Hoy, en un pueblo de Barcelona, hay un niño de 5 años, repito, niño de 5 años, que quiere recibir el 25% de sus clases en español. ¡Por Dios, cómo tiene tal osadía, hasta ahí podríamos llegar! Hay que apedrear su casa ya, a sus padres, al niño, lo que haga falta. No quiero pensar lo que estará sufriendo este pobre niño en su colegio, lo que le estarán prodigando sus propios compañeros, los profesores y los padres del resto de alumnos. ¿Qué dice o hace este Gobierno ante esta indignante tropelía?, ¿formará otra reunión ministerial? Nada de nada. Faltaría más, no puede ofender a los que le mantienen en el poder. Ya sabemos cómo llegó este individuo al Gobierno, comulgando con todos a los que había desechado y vilipendiado anteriormente, y así se mantiene. Nadie había caído tan bajo en la política española hasta que apareció este caballerete. De desvergüenza consentida por su propio partido.
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