Sporting, todavía se puede hacer peor
No sé exactamente lo que lleva Javier Fernández en el Sporting, pero es persistente en el empeño de arrasar con la entidad hasta dejarla como un solar debido a su ineptitud y su egoísmo. Hay que tener cuajo para seguir ahí haciendo el ridículo, batiendo todos los récords negativos y aguantando que le pongan como un trapo.
Ya probó toda clase de medidas y ninguna correcta, se rodea de una cohorte de amigos tan incapaces como él a los que no se les cae la cara de vergüenza de quedar marcados ante el sportinguismo y la ciudad, como es el caso de algún exfutbolista que está perdiendo todo el crédito deportivo y, si me apuras, personal que pudiera tener.
En estos momentos el panorama es desolador: la Escuela de Mareo es, desde mi punto de vista, un cadáver deportivo, con ingente cantidad de empleados y equipos que no sirven para nada. Es un pozo sin fondo donde hay que recortar porque no se ven los resultados, pero, claro, no se toman medidas porque se vive muy bien allí del primero al último, incluso los hay que no se quieren jubilar según cuenta la prensa. El modelo de futbolistas que salen es de categoría por debajo de Segunda División porque la mayoría de ellos están jugando cosidos con alfileres ya que no dan la talla física ni técnicamente, son amanerados y sin intensidad. Los canteranos del Athletic y la Real deben de ser de otra galaxia porque no hay color. A ver si todos estos “técnicos” que tenemos aquí se dan una vuelta por allí por si captan algo de su manera de trabajar.
En cuanto al secretario técnico, que nos iba a llevar a tocar el cielo, y el entrenador, al que los medios de comunicación y una gran parte de la afición siguen ponderando por no dar el brazo a torcer después de colmarlo de elogios, qué decir: son un ejemplo de cómo está el fútbol, que es una entelequia, con gente, en algunos casos, muy bien pagada que tienen los mismos conocimientos futbolísticos que pueda tener cualquier aficionado; solo que, como todo en la vida, estuvieron donde tenían que estar en el sitio y momento oportuno. Si en este club no fueran tan timoratos y tomaran medidas ambos tendrían que coger el petate porque cada día que pasa será peor. Donde no hay no se puede sacar y al Sporting se tendría que llegar aprendido y no a foguearse. Todos los años es lo mismo, fichan secretarios técnicos y entrenadores que no empataron con nadie y al cabo de un tiempo hay que prescindir de ellos. Todos los que toman decisiones en el Sporting, sin excepción, ni saben, y por lo que se ve, ni quieren saber.
En estos momentos hay un vacío de poder y un cacao mental que pueden ocasionar que el Sporting baje de categoría, pero prefieren seguir todos ahí. Por lo que se ve ni la entidad ni la afición les importamos nada. No saben qué hacer porque cada decisión que toman es peor que la anterior y los que la han de tomar no tienen criterio ni categoría para acertar, aunque sea una sola vez.
Siempre se está con la cantinela de la Escuela de Mareo y de que hay poco dinero. Este es el problema endémico: la Escuela está mal gestionada y no salen futbolistas de categoría y como cuesta dinero mantenerla supongo que escaseará para traer futbolistas de nivel y, aunque lo hubiera, no aciertan ni de casualidad. Recordemos que en los mejores tiempos del Sporting no existía Mareo.
Pongámonos pues en lo peor.
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