El abandono que sufren los pacientes de Psiquiatría
Quisiera denunciar algo que creo es más que grave, y está pasando, a pesar de lo mucho que algunos gobernantes sacan pecho presumiendo de poco menos que dar lecciones al resto de gobernantes europeos de cómo hay que hacer las cosas para que funcionen todo lo bien que ellos dicen, lo están haciendo.
Resido en el barrio gijonés de El Coto, donde desde hace muchos años tenemos ubicado el centro de salud, en el edificio que antes fuera cuartel del Ejército y hoy dedicado a otras muchas cosas como centro municipal. Hasta que llegó el puñetero covid-19, todo funcionó con una normalidad aceptable, uno pedía cita para su médico y al día siguiente era atendido por el mismo sin ningún problema; ahora puedes pasarte horas llamando por teléfono y, con suerte, al final consigues que te den vez para que el doctor/a te llame a tu teléfono el día y hora en que pueda hacerlo o le venga bien. Pero más grave aún que todo eso, es si eres enfermo crónico de alguna de las múltiples ramas de la medicina, y resulta que, si tienes programada una consulta para una fecha determinada, te van enviando comunicados por correo ordinario posponiendo la fecha de consulta, no ya una semana, sino incluso meses. En mi entorno familiar y también de vecindad, tengo el caso de dos pacientes de Psiquiatría que padecen depresiones profundas periódicamente, y con todo el sufrimiento que eso produce, no solo a los pacientes, sino a su entorno familiar, resulta que desde hace meses les van dando largas y no los atienden, alegando que la doctora que les corresponde lleva meses de baja laboral y en sustitución han puesto a un profesional de Psicología que no está autorizado/a para hacer cambios o ajustes en la medicación que estos pacientes están tomando por prescripción del psiquiatra, y para acabar de rematarlos, resulta que ni se respetan las fechas de consulta que tenían fijadas y se las posponen con una desfachatez como si estas personas fuesen al servicio psiquiátrico por puro capricho, como quien va al cine, a la cafetería o a marcarse un cartón en el bingo.
Por favor, esto es mucho más serio que todos los entresijos de la política; quienes sufren ese tipo de enfermedad sufren lo indecible y agotan la paciencia y capacidad de aguante de todo su entorno. Si quienes van a la política no están capacitados o se sienten incapaces de resolver el cometido que la sociedad con su voto les encomendó, mejor que dejen sitio a quienes sean capaces de resolver tan graves problemas y, por el bien de todos, se dediquen a otra cosa.
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