Regulación de neuro-derechos
¿Se han empezado ya a regular los neuro-derechos? En ello están algunos científicos porque ven que el futuro es cada vez más presente que nunca, tanto si nos lo creemos como si no.
Tenemos a un científico e investigador español trabajando en un proyecto que tiene por objeto saber qué le pasa al cerebro cuando se pone en contacto con algo externo, que bien podría ser la Inteligencia Artificial, de la que tan alegremente escribimos y hablamos estos días. Este señor se llama Rafael Yuste, que, sinceramente creo, se llevará el premio “Princesa de Asturias” en el futuro próximo. Rafael Yuste trabaja en la Universidad de Columbia, Nueva York.
Voy a empezar esta carta contándoles cuándo, cómo y quién le propuso a este científico empezar con esto de cara a un posible futuro en el que el transhumanismo fuera parte de nuestras vidas y sobre todo de nuestras mentes. Vayan creyendo que este futuro “transhumano” ha llegado y va a quedarse, aunque nos parezca algo impensable, yo no lo puedo meter en mi cerebro y no creo que lo pueda incorporar a mi cabeza jamás. Eso parece ser el futuro de los seres humanos, la interacción con la máquina, pero esa “máquina” estará “dentro” de nosotros.
Hace unos años, Obama había creado el “Proyecto Brain” y le preguntó a Yuste si querría tomar parte en un trabajo sobre el cerebro humano. Yuste llevaba años en ello, así que aceptó y fue el ideólogo principal de este proyecto, que se extendió como la pólvora y todo ha pasado tan tan rápido que Chile parece ser el primer país del mundo en proteger los derechos cerebrales. ¿Por qué se intentan proteger los derechos cerebrales? No tengo la menor idea, pero la maldad humana tiene mucha imaginación, así que, supongo, este trabajo podría usarse para nada bueno y habría que proteger a la humanidad de abusos, investigaciones, pruebas inmorales totalmente ilegales e ilícitas. Esto es lo que pienso yo, que tengo una imaginación muy amplia, que vuela sin parar, simplemente observando con una lupa muy precisa lo que hemos estado cargando a la espalda estos últimos, casi, dos años.
Les copio los derechos cerebrales de los que habla Rafael Yuste, y que aparecen en alguno de los enlaces que les dejo, no los pasen por alto, el que sabe puede decidir, pero siempre meditando y con calma, conociendo pros y contras.
Esta Fundación sobre los Neuro-derechos trabaja en cuatro niveles distintos: Nivel internacional, nivel nacional, en la Industria, y con el público en general.
¿Qué son las brain-computer interfaces? La interface sería la conexión usada entre el cerebro y un ordenador, que parece ser un adelanto en la historia del ser humano, pero si no trata al individuo como la persona que es, no valdrá más que para una manipulación torticera, injusta y degradante de la Humanidad, compuesta por humanos, que deberían ser libres en su espíritu y libres en su pensamiento.
Hay otros científicos, por ejemplo, Franc Zalewski, que han encontrado una hydra también (él la llama pulpo de tres patas) en vacunas covid.
Hagan sus propias investigaciones, no se contaminarán con lo que nos “cuentan” en los medios y serán seres libres de pensamiento y de toma de decisiones.
Bueno, ya les dejo vivir, ojalá supiera resumir un poco, pero quiero dejarles cada cosa que voy encontrando todas las semanas. No era demasiado buena en contar las historias en pocas palabras ni en escribir microrrelatos en el instituto, lo siento.
Recuerden que les deseo paz y bien, que se porten bien y que lo pasen muy muy bien. Ser bienaventurado es una bendición y, como dice mi hermana, no hay que complicarse la vida, hay que aprender a ser feliz con poco y siempre ir por delante de lo que nos cuentan, pues las élites nunca fueron buenas, ya lo saben. Y, si no me creen, pregunten a los judíos, con esa Estrella grabada en sus ropas, nadie puede obligar a un ser humano a hacer lo que es amoral, malo e injusto. Yo no querría lucir un distintivo en mi pecho ni por ser judía o por no serlo, piensen.
Me despido con una canción de “ABBA”, de los que estuve viendo un documental el sábado pasado y la verdad es que te suben el nivel de alegría y te dan ánimo para seguir adelante a pesar de las dificultades. ¡Hala, con Dios!
Eurovisión, 1974, los ganadores fueron ellos; Napoleón, al final, perdió la última batalla, que es la que marca el límite.
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