Navidades divididas
En casa siempre habíamos sido muy navideños: entrábamos en invierno y ya teníamos luces de colores por todas partes y el árbol recién adornado. De hecho, apenas llegaba diciembre y mi madre ya me pedía ideas para el menú de Nochebuena, mientras mi hermana se encargaba de la playlist navideña y mi padre no paraba de dar viajes para hacer la compra: que si el turrón lo quiero de aquí, que si los polvorones de allí...
Pero después de 25 años, estas son las primeras fiestas que paso con mis padres separados. Incluso puede que sea mi última Navidad en la casa en la que me crie. Y aunque no debería, esta vez nos ha costado mucho ser navideños; supongo que por ese rollo de crear nuevas costumbres.
Sin embargo, por muy complicado que parezca, abrazo positivamente esta situación. Sé que será diferente y las reuniones familiares tendrán otra dinámica, ¡va a ser un jaleo organizarse! Aunque al final, son fechas para dar las gracias, y yo puedo seguir dándolas por disfrutar de una sopa de galets, cantar villancicos y abrazarlos a los dos, aunque sea en un espacio-tiempo distinto.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

