Aprender a parar
Yo soy una persona que desde siempre he antepuesto la felicidad y el bienestar de los demás antes que el mío porque pensaba que si conseguía que las personas de mi alrededor estuvieran bien, yo también lo estaría. He ocultado todos mis problemas, ante nadie he mostrado debilidad, he reprimido mis lágrimas... aunque por dentro estaba rota.
Hace varios años empecé a tener un dolor en el pecho inmenso, que ningún médico sabía decirme por qué. Empecé con tratamientos antiinflamatorios que me hacían efecto durante una temporada, hasta que volvía el dolor.
Estuve así durante dos años, hasta que un día mi mente y cuerpo dijo basta, y empecé a llorar desconsoladamente. Lo que tenía era ansiedad y depresión, en el fondo lo sabía, pero no quería reconocerlo. En ese mismo instante me di cuenta de que tenía que pedir ayuda o no sería capaz de seguir.
Con esto quiero mostrar la importancia de parar para escucharnos a nosotros mismos, y no tener miedo a pedir ayuda profesional porque eso no nos hará ser débiles, sino saber quién somos y lo que queremos en nuestra vida.
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