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Y no se les cae la cara de vergüenza

11 de Octubre del 2010 - Alberto Sorribas Menéndez (Oviedo)

Acabo de presenciar un programa de televisión donde los llamados «niños de la guerra» daban su opinión, y muchos, aún a estas alturas, parecían añorar a aquel dictador, entre otras cosas, Stalin. Es que aún no se dan cuenta de que poco a poco, y merced a esas minorías que nos están gobernando en la actualidad, por lo regular casi todos caben en un taxi, pero, que, claro, merced a formar una mayoría, los que deberían estar gobernando en realidad, aunque con más sombras que luces, no debían de estar a expensas de esos nacionalistas, que no deben de mandar a esta España, que por cierto tanto desprecian.

A mí jamás me gustó aquella clase de libertad que, al parecer, era el comunismo, que tratan de emular todos estos que ahora están en el poder ¡qué cara! Todos estos nuevos capitalistas que nada más salir al extranjero es para hacer visitas a los Castro, en Cuba, y otros países llamados «libres» por ellos, a los que tanto aman.

Veamos el caso de Moratinos, la Pajín, la Valenciano y todos ellos, incluido nuestro presidente regional, que parece se acerca por allí a... hacer turismo, claro, la sangre de la familia comunista llama.

Claro que a Ceuta y Melilla, ni acercarse, no se nos vayan a enfadar nuestros vecinos marroquíes a los que tenemos tanto respeto, bastante más que el que nos tienen ellos a nosotros, pero claro éstos son muy adictos a los regímenes totalitarios.

A mí concretamente me tocó vivir ese llamado régimen anterior, que era el de Franco, que no franquismo, y la verdad nunca me identifiqué con esas opiniones que nos están dando día tras día de aquellos difíciles tiempos, claro habíamos pasado una guerra, con la miseria que conlleva. El expolio de que fuimos objeto todos los españoles, por todo lo que se llevaron de aquí, todo lo nuestro, ¿dónde está?, pues no tengo ni idea de que nos fuera devuelto.

La historia que nos están contando una mayoría de medios de comunicación es una gran mentira, pues claro es el mensaje de estos admiradores de todos los regímenes totalitarios de... la izquierda, y que hacen que nuestra juventud no conozca la verdadera historia de España, sino véanse los libros de texto de los institutos y escuelas, donde son adoctrinados. Se imaginan por un momento, claro que esto es una utopía, pero vale de ejemplo, que el presidente actual hubiere estado en el gabinete de Franco, cuánto duraría, uno, dos o tres días sin que pasara el motorista a «correrle», como dicen en México.

Yo jamás pertenecía a ninguna organización de las que entonces, nadie me obligó, como dicen algunos de los de ahora para justificar su pasado y el de sus antecesores, nada glorioso, pero claro que hay excepciones, como gente que tuvo que sufrir prisión, por defender, qué ilusos, las llamadas libertades, que, por cierto, no creo en ellas. Ahora, claro, se dan cuenta y se van de la política, porque hay algunos que aún tienen un mínimo de dignidad y, claro, lo que nos queda es toda esta mediocridad, que son incapaces de vivir de otra cosa.

¿Cómo es posible que tengamos un Gobierno así?

Esta gente mientras a mí me tocaba apretarme el cinturón, claro, a mí y a los de siempre, antes y ahora, mientras que la mayoría de estos llamados defensores de las libertades, ellos o sus padres, estuvieron chupando de las ubres del Estado, pues lo mismo les da uno que otro, lo principal es tener bien agarrada la ubre.

Claro que ahora sí tenemos la libertad y el derecho al pataleo. Y, ahora, lo que nos faltaba, nuestro presidente, que se va, o le van, no estoy muy seguro, le van a nombrar ¡ministro de Trabajo!, increíble, pero cierto, pero claro hay que seguir agarrando bien la ubre.

Encima nos vamos a Rodiezmo, con nuestros pañuelos rojos, puño en alto a cantar aquello de «Arriba los parias del mundo...», a arengar a los mineros, sin minas y sin proyectos de trabajo donde ejercer su profesión, pobre gente, que todavía da crédito a esta gran mentira.

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