El fútbol y la bandera
No sé si será el fútbol el último refugio del patriotismo, pero me temo que a lo peor no hay nada aprovechable y después de pasado este episodio futbolero todo volverá a la normalidad. Y esa triste normalidad supondrá que personas comprometidas como Regina Otaola o Santiago Abascal tendrán que seguir jugándose la vida para que la bandera de nuestro país pueda ondear no en nuestras casas, sino en los edificios públicos. Supongo que los que ahora preconizan la memoria histórica seguirán tildando de fachas a los que con orgullo exhiban la bandera y todos nuestros símbolos, lo veremos.
Personalmente este florecimiento de símbolos patrios al calor del Mundial me resulta agradable y si además esto incomoda a los nacionalismos periféricos, pues miel sobre hojuelas, más allá de que exista en la sociedad un divorcio claro entre ciudadanía y su clase política, millones de personas necesitábamos esta descarga de dignidad de decir somos españoles y nos sentimos bien por ello.
Esta gran nación que es España tiene una de las banderas más antiguas del mundo. Hagamos un poco de historia, nuestra primera bandera apareció en el siglo XV con Juana de Castilla y Felipe el Hermoso, esa primera bandera era blanca con la cruz roja de San Andrés, que duró hasta el siglo XVIII, y que, por ejemplo, sigue siendo la bandera del Estado de Florida en los EE UU, toda vez que perteneció a España. Nuestra bandera actual se instauró el día 29 de mayo de 1785 por Carlos III, cuyo proyecto de bandera le presentaron Valdés y Bazán.
Interesante reseñar que esta nuestra bandera ha permanecido con todo tipo de regímenes con la única excepción de ese infausto período que fue la II República española, donde se sustituyó una franja roja por una de color morado desteñido que algunos dicen que recuerda al pendón de Castilla. No hace demasiado tiempo, la referencia a la roja era para recordar a la Pasionaria, ahora es para algo mucho más edificante. La roja es nuestra selección de fútbol y nos hace sentirnos bien por nuestra pertenencia a nuestra nación España.
Deseo con denuedo que esta unión mágica que el fútbol ha logrado no sea demolida por políticos oportunistas.
Con nuestra selección, juntos lloramos, juntos nos emocionamos, semejante plebiscito nacional espero que nos sirva para estar más unidos que nunca, ya que los desafíos que nos esperan requerirán un país unido y orgulloso de él mismo.
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