Caos en Extranjería
En esta carta quiero denunciar unos hechos vergonzosos que están ocurriendo con el beneplácito de la Delegación del Gobierno en Asturias. Un inmigrante con situación regular en España debe realizar continuamente numerosas gestiones burocráticas (renovación de la tarjeta de identidad, reagrupamiento familiar, recogida de documentación, etc). Para cada uno de estos trámites se requiere una cita, y esta solo se puede conseguir por vía telemática. Asómbrense, un inmigrante puede tardar más de 3 meses en conseguir una de estas citas, y no es porque no lo intente, normalmente ejecuta el procedimiento telemático como 20 o más veces al día (soy testigo de esto, yo misma ayudo en ello) y al final siempre se encuentra con este mensaje: "En este momento no hay citas disponibles. En breve, la Oficina pondrá a su disposición nuevas citas". Para estas personas conseguir una de estas citas es de vital importancia, y por ello, las citas se han convertido en una mercancía. Así, si alguien tiene una necesidad apremiante una cita, recurrirá a una especie de mercado negro, entregará sus datos a ciertas personas, las cuales a cambio de una cantidad de dinero se pasarán todos los días de la semana entrando en la página de citaciones cada 10 minutos y, de este modo, conseguir citas para sus clientes. Estas citas aparecen con cuentagotas, solo un día a la semana y debido a la picaresca descrita rápidamente desaparecen. Los lectores seguramente estarán pensando que las oficinas de extranjería estarán abarrotadas de personas y los funcionarios exhaustos, pero la realidad es todo lo contrario, las oficinas están vacías. Tomando como excusa la pandemia, las oficinas están prácticamente vacías; usted puede ver que en una sala inmensa con numerosos puestos de trabajo solo está ocupada la mesa de la persona que le atiende y poco más (esto lo he visto con mis propios ojos), y los funcionarios que faltan, se supone que están teletrabajando (solo Dios sabe en qué). Obviamente, todo el problema se resolvería con más funcionarios en sus puestos de trabajo. Todo este desbarajuste está ocasionado graves problemas a numerosas personas cuyo único afán es buscarse la vida. Y uno se pregunta, ¿por qué ocurre todo esto?, y solo se me ocurre una respuesta: esto está causado por una combinación de indolencia, incompetencia y falta de empatía, y si hay que buscar un responsable hay que señalar a la delegada del Gobierno en Asturias (Delia Losa Carballido) por permitir que estas personas sean sometidas a este trato injusto y degradante.
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