Ni un mísero reintegro
Como todos los años, este es el lamento más generalizado, porque en el sorteo de la lotería de Navidad, y en cualquier sorteo a lo largo del año, es extremadamente imposible que te toque el Gordo, aunque tampoco es fácil un reintegro porque, incluso en este caso, el porcentaje de posibilidades de recuperar lo invertido es de un raquítico 10 por ciento, un triste consuelo para quienes juegan pensando en salir de pobres.
Pero para los que lo hacen como si fuera un sueño que se puede hacer realidad pero conscientes de las escasísimas probabilidades de que se cumpla, el desencanto será menor y habremos vivido unos días con la alegría y la esperanza de poder ser afortunados.
Y si, como cada año, vemos cómo lo celebran otros con champán, deberíamos brindar por su suerte y apostar a que el próximo año nos puede tocar. Porque siempre le toca a alguien y ese alguien podemos ser nosotros.
En cualquier caso, Felices Fiestas a todos, enhorabuena a los premiados y que lo disfruten con medida para que les dure la alegría.
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