Mérito e "innecesariedad" del asturianu
En mi opinión el grupo de estudiosos de Letras que allá por los sesenta comenzaron el propósito de construir un lenguaje asturiano y que consiguieron muchos prosélitos, llegando a fundar lo que denominan la Academia de la Llingua (asturiano), son gente cuyo indudable trabajo, de cierto valor, ha sido, tomando los distintos bables, incluido el astur-galaico, construir una lengua inexistente, similar al euscobatua en Vascongadas. El propósito en buena parte es asociar a un territorio una lengua creada con fines desde sentimentales a puramente ideológico/políticos, normalmente asociados al izquierdismo.
En todo caso el esfuerzo es meritorio pues han creado algo seudocientífico, pero indudablemente trabajado.
Cosa no admisible es la pretensión de querer, por vía política de izquierdas, convertir el invento en la lengua obligatoria de una región. La lengua oficial o cooficial de esa región con el idioma nacional, en nuestro caso el español.
Por ello se debe respetar, incluso valorar, el trabajo, no la pretensión de imponerlo.
En el campo de la ingeniería, como comparación, se podría desarrollar un tren basándose en el ciempiés, un tubo flexible con cientos de patas mecánicas que podrían propulsar el ingenio por un simple camino, más o menos plano. Es perfectamente factible, y puede que ya exista un prototipo. Pero pretender que ese sistema de transporte coexista o sustituya al AVE es una ilusión aberrante.
Por ello, mérito para el trabajo y absurda ilusión el querer introducirlo como lengua asturiana.
Hay un peligro que viene de la machacadora política de las extremas izquierdas, que es que los "progres" periodistas de prensa, radio y televisión asturianas, andan utilizando la lengua batúa, creen que hacen gracia o agradan a sus contratadores. En mi opinión lo que hacen es el ridículo, porque sólo aciertan con las palabras que los asturianos usábamos, entreveradas con el español, siempre en nuestra tierra, que le dan una agradable y reconocible originalidad a los que tenemos el honor de haber nacido en Asturias.
El gran filólogo de los 60 de nuestra querida Facultad de Letras (40 años en la Facultad) se estará escacharrando de risa al oír, espero que desde el Cielo, las emisiones en asturiano de nuestros medios astures. Pero sentirá pena asociada, por la cretinez (palabra del gran filósofo, compañero de aquella época) de lo que este Gobierno pretende a este respecto.
¿Habrá solución para este despropósito? Tiene que haberla. La imposición por la fuerza de lo irracional no es democrática, como se demostró en Alemania en la preguerra del fascismo (de elección democrática, 90% votado).
Pero la inacción ciudadana puede permitir que se cuele la obligatoriedad de una lengua artificial, que será pedida para acceder a puestos públicos en Asturias. Tremenda barbaridad no justificable. ¿Podemos darnos cuenta de a qué situación nos llevará si miramos nuestro estatus político nacional?
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