Es hora de caminar
El poder más obsceno
se ha instalado en el porvenir
con la aquiescencia
de un emergente ejemplar
estupefacto y laxo
No son más las voces,
hastiados los lamentos
nos queda la necedad
y ordinarias, ociosas palabras
pronunciadas sin recato
Habrá que mirar hacia el mar
el gran espejo
El mar que pronuncia nuestros nombres
uno a uno y con estruendo
El mar
que nos señala desde las profundidades
para la libertad
Mar viajero y sedentario
que mece los cuerpos derrotados
Mar sabio y constructor
el maestro que vomita las demandas y las dudas
de los penitentes que merodean sus aguas
El mar que no se detiene
que bendice al hombre y a la tierra
El mar que contiene la olas
colmadas de primaveras
Siempre mar enamorado
el instante más azul de nuestras vidas
Latido impenitente
que orienta y apercibe
Vayamos hacia el mar
A romper las olas petrificadas
Al mar
A limpiar los penosos lodos
y repudiar los lastres forzosos
Porque el mar no retiene nada
ni a nadie
Responde a la palabra LIBERTAD
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