Doña Vilma
Cuando se celebraba el día mundial de los DD HH, estaba recibiendo en Madrid el premio de la APDHE, junto a la saharaui Sultana Jaya, la nica Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Centro de DD HH nicaragüense, ocupado, destrozado, por la policía orteguista.
En este reconocimiento la APDHE considera que la doctora Vilma "ha centrado su actividad en denunciar las violaciones de Derechos Humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno de Daniel Ortega, motivo por el que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos fue desprovisto de su personalidad jurídica de manera arbitraria".
Front Line Defenders reportaba que doña Vilma es fundadora y presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH) y ha trabajado durante más de 60 años por la realización de los derechos humanos en el país, incluyendo la abolición de la tortura, mediación de conflictos y la liberación de presos políticos. La defensora de derechos humanos participa activamente en varias organizaciones nacionales e internacionales, entre ellas la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos en Centroamérica, de la que fue presidenta, y la Organización Mundial contra la Tortura.
La APDHE, en su reconocimiento, dijo que doña Vilma en su juventud fue activista contra la dictadura de Somoza, denunciando los abusos de derechos humanos que el régimen cometía. Esta labor la llevó a ser encarcelada en 1979, donde fue torturada durante cuatro meses en varios interrogatorios. Fue liberada cuando quedaban días para el triunfo de la Revolución Sandinista, y posteriormente fue nombrada Vicepresidenta de la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua, siendo la primera mujer en acceder al cargo.
Ejerció este puesto desde 1979 hasta 1987, cuando fue nombrada Comisionada Nacional para Derechos Humanos y Asuntos Humanitarios. Poco después, en 1990 formó parte de la fundación del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, siendo desde entonces su presidenta.
Cuenta con un extenso currículum en el que merece la pena destacar su tiempo como Vicepresidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos, como Presidenta de la Comisión para la Defensa de los Derechos Humanos de Centro América y como miembro del Consejo de Dirección de la Organización Mundial Contra la Tortura.
Desde 2018 ha centrado su actividad en denunciar las violaciones de Derechos Humanos y crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno de Daniel Ortega, motivo por el que el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos fue intervenido de manera arbitraria.
La APDHE, (que también entregaba reconocimiento especial a la escritora Almudena Grandes, al ex fiscal Jiménez Villarejo, a Maldita Migración, y al cura Rodríguez Teso párroco en la Cañada Real, y cuya ceremonia de entrega contó con la colaboración del Gran Wyoming), hacía entrega del premio a doña Vilma a través de otra mujer exiliada, en la que la doctora Vilma quiso delegar y ejemplarizar la persecución y violencia estatal ahora en Nicaragua. Helen Arauz, quien tuvo que salir al exilio junto a su hija, tras una golpiza brutal de la policía orteguista, y que ahora trabaja como empleada de hogar.
"Esta chavala valiente es quien me representa hoy. Helen recibí vos este galardón que le pertenece a todos, a toda Nicaragua". (Doña Vilma, con 83 años y hostigada en su propia casa, desde donde sigue realizando su labor pese al cierre de los locales del CENIDH, no pudo realizar el viaje).
Tampoco tuvo presencia física la saharaui Sultana Jaya, detenida, hostigada, golpeada y humillada por la policía marroquí en su propia casa en los territorios ilegalmente ocupados por el régimen alauita.
Posteriormente la Alta Comisionada para los DDHH de la ONU, la irlandesa Mary Lawlor, conseguía conexión telefónica con la señora Sultana, y emitía un pronunciamiento sobre su grave caso.
La crisis sociopolítica de abril de 2018 en Nicaragua dejó un saldo de 355 muertos, cientos de presos políticos y unos 108,000 exiliados, según datos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
El Observatorio para la Protección de los Defensores de Derechos Humanos, programa conjunto de la Organización Mundial Contra la Tortura (OMCT) y de la FIDH-Federación Internacional de DDHH, ha estado señalando y denunciando y reclamando al gobierno de Ortega-Murillo por la persecución a doña Vilma.
El Observatorio expresa su grave preocupación por estas amenazas, condena enérgicamente la estigmatización de los defensores de derechos humanos en Nicaragua e insta a las autoridades nicaragüenses a apoyar y reconocer públicamente la legitimidad de su trabajo como defensoras de derechos humanos, así como investigar las amenazas contra las defensoras.
Se reportan 159 presas y presos políticos en distintas cárceles del país, 46 de ellas y ellos en los días previos a las elecciones de noviembre para impedir sus candidaturas y participación.
Otras personas prisioneras son la comandante sandinista Dora María Téllez, el ex vicecanciller Víctor Hugo Tinoco, o el ex general sandinista Hugo Torres. (Dora María y Hugo Torres participaban en 1974 en la denominada Operación Chanchera, que logró liberar a presos de la dictadura somocista, entre ellos a Daniel Ortega).
Líderes del antiguo FSLN se han visto forzados al exilio, como la comandante de la revolución Mónica Baltodano, Julio López, o Luís Carrión (uno de los 9 máximos comandantes en 1979).
Doña Vilma es superviviente de la masacre estudiantil del 23 de julio de 1959. Ha sentido en carne propia lo que significa ser encarcelada y torturada por delitos falsos por haber protestado. A sus 83 años, sigue padeciendo la persecución de la pareja Ortega-Murillo que despojaron y confiscaron las oficinas del CENIDH.
Ante lo cual respondía: "Una organización seria de derechos humanos no puede ser disuelta por una resolución de un órgano político sin autonomía o independencia; tampoco pueden disolver nuestro compromiso y acompañamiento al pueblo nicaragüense ".
Ahora ha recibido el reconocimiento de la Asociación Española de Derechos Humanos en la categoría internacional. En 2019, la Fundación Schwelle le otorgó el Premio Internacional de la Paz de Bremen como "embajadora de la paz en la vida pública". También fue reconocida en 2011 con la medalla "Legión de Honor" del gobierno francés.
Lo que más preocupa a doña Vilma es no poder acompañar a las víctimas al lugar donde se están produciendo las violaciones de derechos humanos. Ni siquiera puede apelar, porque todo el aparato estatal está controlado por el régimen de Ortega-Murillo. "Nadie escucha ni hace nada, lo que genera una situación de impotencia. No se puede protestar, ni hacer nada, y por eso he dicho que me siento prisionera en Nicaragua".
"Voy a seguir en Nicaragua. Mi compromiso es seguir estando al lado de la gente, denunciando y defendiendo los derechos humanos mientras pueda. Siempre ha sido mi suerte estar de pie en la acera, justo en las narices de los tiranos y violadores de derechos humanos".
Gioconda Belli, autora del epílogo del libro Cantos de Amor y Guerra, de Gaspar García Laviana (editorial Hoja de Lata):
"¿Quién no ha visto a Doña Vilma viajar a los lugares más recónditos para acompañar a víctimas cuyos derechos han sido vulnerados? Nadie, más que tú, sabe estar al lado del pueblo nicaragüense".
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