Publicidad e hipocresía social
Desde hace unas semanas en la estación de autobuses de Alsa de Oviedo se puede ver un panel publicitario de grandes dimensiones, muy visible para cualquier persona (incluidos menores), con un contenido francamente cuestionable, teniendo en cuenta que estamos hablando de un espacio urbano de utilidad pública. En el panel, que es una publicidad de una página web de contactos eróticos, aparece una ¿mujer? / ¿adolescente? (quien lo vea se dará cuenta de que es más bien lo segundo), «vestida» con ropa interior de color blanco (color de la pureza, de la virginidad...) y con un osito de peluche (símbolo de la inocencia). No creo que a nadie le haga falta pensar mucho para darse cuenta de cuál es el mensaje subliminal de esta publicidad. Es humillante y vergonzoso ver cómo se permite exponer un reclamo publicitario de estas características cuando «se supone» que nuestro modelo social quiere encaminarse hacia el respeto y la igualdad de género, hacia la erradicación del maltrato y de la violencia machista y hacia una educación que haga de nuestras niñas, niños y adolescentes mujeres y hombres educados en el respeto mutuo. Nuestra sociedad está llena de falsedades e hipocresías. Queremos luchar contra las redes de tráfico de mujeres y la prostitución, contra los abusos de menores en la red, contra la pornografía infantil..., pero luego permitimos anuncios publicitarios como éste, anuncios que además de atentar contra la dignidad de las mujeres atentan también contra los derechos y la protección de los y las menores, y, desde luego, si no son ilegales, deberían serlo. Espero que si alguna persona responsable de esta empresa lee esta carta se digne retirar este panel y buscar financiación económica para su empresa con otro tipo de publicidad, más respetuosa con los derechos de la ciudadanía y de las personas que utilizan su servicio de transporte, que, al fin y al cabo, somos las que hacemos posible que siga funcionando.
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