El Alba, ejemplo para Brañagallones
Bajo el paraguas de la defensa del medio ambiente ahora el grupúsculo político de Los Verdes, el año pasado eran ecologistas, amenaza con llevar a los tribunales de la Europa Comunitaria el adecentamiento del último tramo de la Ruta del Alba del parque natural de Redes, en Sobrescobio. Estos ecologistas de asfalto y acera por semana que se desplazan en bicicleta, un decir, al monte los fines de semana para no aumentar el calentamiento global de la tierra con sus vehículos a gasoil o gasolina están empeñados en acabar con la especie más infravalorada por ellos del propio parque, los artesanos del paisaje, que dice J. Izquierdo, la misma que hace más de veinte años nos pronunciamos a favor de la declaración del parque a través de nuestros representantes políticos, nuestros concejales y alcaldes, ¿dónde estaba entonces la representación política de Los Verdes y demás ecologistas en el territorio del parque? ¿Está acaso ahora? Pues, no, en ninguno de los dos términos municipales que lo componen, pero, eso sí, tratan de influir en todos los que se acercan a disfrutar del parque para ponerlos en contra del sentir y, sobre todo, de la necesidad de los vecinos de conservar determinadas pistas que sirven a su trabajo y a su vida en las mejores condiciones, ahorrando dinero a todos, Ayuntamiento, Administración autonómica y vecinos con un proyecto como el que ahora se propone y que respeta sobradamente el ecosistema, porque éste tiene en cuenta al hombre que lo habita, que también es parte intrínseca del mismo, ¿o no? Y contribuye a la sostenibilidad del parque, ¿o no?
El tratamiento que se está dando a la Ruta del Alba es un ejemplo para la Ruta de Brañagallones y llena de endivia sana a los vecinos de Caso, en particular, a los del valle de San Salvador de Sobrescobio, porque llevan aguantando y sufriendo más de veinte años cómo la pista a Brañagallones es un rompetractores, especialmente ahora, cuando llega la necesidad de aprovisionarse de leña para el invierno, y más todavía este año, porque la escorrentía provocada por las lluvias de junio, que en otros lugares de Asturias causó inundaciones, aquí se llevó consigo el esfuerzo de sextaferia hecho sobre la pista durante dos días del mes de mayo por los vecinos de Belerda, Soto, Bezanes y La Foz, ante tamaña dejadez de la Administración regional y alguna blandura local, y además ha dejado los tramos pendientes de Los Oteros, Les Arrielles, El Vallín de les Fontiques, El Tesu la Oración, La Arrobellada y La Grandiella, pidiendo a gritos que se les ponga hormigón, palabra que debe ser tabú en algún que otro despacho verde que no tiene en cuenta al cada vez más escaso arquitecto del paisaje, pero como su ocupante quizá viaje alguna vez en vehículo oficial por el parque natural, con buena amortiguación y sin que tenga que pagar las averías o reposición del mismo, no repara o no tiene en cuenta necesidades elementales de sus habitantes, pero, en cambio, si oye hablar de hormigón para caminos o pistas, le debe entrar temblor de posaderas. Por cierto, los vecinos aún no han visto a los guardas con bicicletas de servicio oficial correspondiente. Así es que a los de la sextaferia y a todos los vecinos del valle de San Salvador de Sobrescastiello sólo les queda unirse para alzar la voz por lo que la necesidad de su vía de comunicación y servicio con les caseríes, los praos, les mayaes y los pastos de verano pide a gritos y sin que menoscabe más que otras actuaciones a sostenibilidad del ecosistema.
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