El discurso de Ayuso pidiendo unidad
Hace un par de décadas, había en Cataluña dos escuelas que yo conocía bien. Una de ellas tenía un equipo directivo acogedor con las familias más estables, y más valoradas. ¡La escuela de los ricos!, decían. El equipo directivo de la otra escuela era diferente. Los desfavorecidos se sentían cómodos. ¡Yo lo recuerdo con respeto! Las familias más acomodadas dejaban la segunda escuela y optaban por la primera. La segunda escuela se vaciaba. He recuperado este recuerdo, pensando en Madrid. ¡Bien bien, no sé por qué!
Pensando en la presidenta de la comunidad, y en su discurso de Fin de Año, he recuperado este recuerdo: Defiende a los vulnerables, a pesar de estar siempre más cerca de los poderosos. Tiene palabras amables para la sanidad pública, a pesar de haber favorecido claramente la sanidad privada y haber acusado a los trabajadores de la pública de no “querer arrimar el hombro”. Dice haber luchado contra el virus, pero pensando en los negocios y yendo por libre. Pide unidad, a pesar de que ella se ha enfrentado a todos. Incluso al líder de su partido.
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