La carne, la salud y la política mala
En una entrevista con el “Guardian” que tuvo lugar el 14 de diciembre y que fue publicada en versión narrada el 26 de diciembre, el ministro de Consumo español, señor Garzón, volvía a aconsejar lo que tantas nutricionistas no cesan de repetirnos: menos consumo de carne, y de mejor calidad.
Frente a la entrevista, el lobby de las macrogranjas comenzó a difundir un bulo el 3 de enero, del que se hacen eco numerosos medios y políticos.
Como en todas las falsedades se modifica el contexto y se obvian los contenidos educativos para entrar en propaganda abusiva, de la peor.
Alberto Garzón defiende, de nuevo, la ganadería extensiva, y señala que el modelo de megagranjas "no es en absoluto sostenible", ya que "contaminan el suelo, contaminan el agua y luego exportan carne de mala calidad de animales maltratados ".
Carne de animales maltratados y de poca calidad sigue siendo mala, dígalo el ministro o no lo diga.
Entidades como Greenpeace España lanzaron el informe titulado "Macrogranjas, veneno para la España rural. Efectos ambientales de la ganadería industrial" en el que desvela la expansión descontrolada de la ganadería industrial en España y su enorme impacto medioambiental.
En él señalan cómo la adicción de Europa a la soja alimenta el cambio climático. Esa soja masiva proviene de la deforestación amazónica, del latifundismo más brutal, y del uso multimillonario de pesticidas y transgénicos. Y es la fuente principal de las macrogranjas.
Las macrogranjas quitan puestos de trabajo, imponen sus precios y acaban con las empresas de mediano tamaño. Ningún ganadero, ninguna ganadera, debiera defenderlas pues van contra sus propios intereses, y no debieran dejarse manipular por la ultraderechona.
Las macrogranjas contaminan el agua y en su entorno otros tipos de ganadería se hacen impensables: nadie que defienda el medio rural puede ser favorable a estas dolorosas y contaminantes fábricas de carne de mala calidad.
Las alternativas, además de la recomendación medicinal de ponderar el consumo cárnico, están en la agroecología. En la agricultura y la ganadería extensiva con buena y armónica relación con el entorno natural.
Las alternativas no pasan por polémicas falseadas en las que los grandes empresarios de las macrogranjas pagan por emitir interesadas frases que esconden que la ganadería industrial está devorando el planeta, y las macrogranjas son la cara más cruel y sucia de este negocio.
Desde EeA, lo llevan diciendo desde decenios:
"La ganadería extensiva es eficiente aprovechando superficies pastables, consumiendo recursos que no compiten con la alimentación humana. Esto permite a los rebaños ser prácticamente autosuficientes, no dependiendo su alimentación de piensos importados y de un elevado consumo de combustibles fósiles. En concreto, en España hasta el 60 % de la superficie es apropiada para uso ganadero, utilizable de forma directa a través de actividad pastoril basada en razas rústicas autóctonas.
La ganadería extensiva y la agricultura se complementan mutuamente y la sostenibilidad de ambas actividades es difícil de concebir de forma separada. La actividad pastoril configura el paisaje, facilita el desbroce de lindes, caminos y fincas sin la necesidad de utilizar para ello combustibles fósiles ni herbicidas químicos, ayuda a la limpieza de montes y al control de incendios, regula los ciclos del agua y la calidad de los suelos, ayuda a potenciar la biodiversidad, asegura la permanencia de la población en el medio rural y permite conservar el patrimonio cultural y la identidad territorial.
Por tanto, el escenario deseable para el futuro ha de incluir la reducción del consumo per cápita de carne a la par que dicha carne ha de provenir de sistemas ganaderos extensivos. Ambos componentes, reducción de la cantidad y aumento de la calidad, serán garantes de una mayor sostenibilidad ambiental, económica y social. Para ello, es esencial dotar a la ganadería extensiva de una consideración independiente de la intensiva, de manera que se piense en su contexto a la hora de diseñar las políticas y normativa destinadas a apoyar y controlar esta actividad. Además, es necesario apoyar la consolidación de canales de comercialización específicos para los productos derivados de la ganadería extensiva tanto para garantizar un margen de beneficio justo para las personas ganaderas por su trabajo como para posibilitar que las personas consumidoras podamos elegir apoyar un modelo productivo sostenible".
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