A título personal
Dice la portavoz del Gobierno que Garzón opina “a título personal”; jamás un ministro puede hacer declaraciones personales, todas deben estar institucionalizadas y dentro del consenso del resto del Gobierno, sobre todo cuando competen a sus responsabilidades.
Quede reflejado que en eso de la ganadería intensiva opino igual que el ministro Garzón: la cría intensiva de animales, o la ganadería intensiva, es un enfoque de la cría de animales diseñado para maximizar la producción, mientras se minimizan los costos. El resultado es, sin lugar a dudas, peor calidad del producto.
Solo con inspecciones regulares se puede permitir tal intensificación empresarial cuando se trate de artículos alimenticios.
Todo ello no quiere decir estar en contra de la ganadería, maltratada a más no poder desde el Estado; si ya tenían pocos problemas, ahora la ministra de Transición Ecológica les masifica en bestias salvajes, prohibiendo la regulación de un depredador de animales domésticos como es el lobo, que, unido al oso y el jabalí, hace imposible el sobrevivir de empresas cárnicas, queseras, lecheras y agrícolas.
La España vaciada no lo es por casualidad, desde las instituciones tal parece que trabajan para vaciar pueblos y zonas rurales.
Desde la llegada de Podemos a los gobiernos impusieron su liturgia ecológica, sacada de la más absoluta moralina. Todo ello en perjuicio de los ciudadanos, encareciendo la electricidad, subiendo el precio de los productos y consiguiendo una inflación de caballo.
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