El hombre minado
Los mineros, esas personas que se dejan la vida, e incluso muchos la muerte, por un salario precario y por un trabajo cuyas condiciones dejan bastante que desear. Pero son ellos quienes a pesar de todo se sienten orgullosos de ser mineros. Este orgullo que les une como comunidad, y que eso les hace no sentirse solos, ni arriba ni abajo. Considero que el hecho de que los seres humanos podamos compartir nuestras penas con los otros, y que además sean las mismas, que podamos sentirnos entendidos y acogidos es una gran sensación que nos da seguridad, pero también valor. Por eso crearon revoluciones como la de octubre, porque sabían que si les pasaba esto tendrían a sus compañeros, por eso bajaban a la mina; incluso con el compañero más joven del pueblo, porque confiaban en ellos, porque tenían fe en que entre ellos se apoyaban y se salvaban; y en que, si ya no había manera de salvarles, cuidarían de los suyos y les darían un entierro como se merecían, y con la elegancia que no podían haber tenido en vida. Por eso a la conclusión a la que llego es que la comunidad minera tiene su esencia bajo tierra, y poco a poco nosotros la estamos enterrando más.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

