Explotación intensiva
Es muy propio de urbanitas poco formados y menos informados presentar una visión pastoril de lo que para ellos sería el ideal del desarrollo agrícola-ganadero. Sustituirían, sin pensarlo, las explotaciones agrícolas en las que la maquinaria sofisticada que hoy en día se utiliza permite la siembra y recogida de grandes extensiones por la tranquilizadora imagen del labrador y su azada, ganándose el pan de cada día con el sudor de su frente. Desearían que las explotaciones ganaderas, que con sus sistemas de ordeño, seguimiento telemático, alimentación individualizada y alta y sofisticada mecanización, que han permitido sobrevivir al pujante sector de la ganadería de leche a pesar de los irrisorios precios a los que pueden vender su producción, fuesen sustituidas por el paisano que, con su “tayuelu” (taburete) y su cubo, ordeñase su vaca a mano, o llevase, como antaño, sus vacas de dos en dos a comerse las hierbas de las cunetas de caminos y carreteras, y sembrase su maíz arando los campos con un arado tirado por dos bueyes ungidos.
El desarrollo ha traído poderosas herramientas que, en manos de gente con ilusión y compromiso, han permitido que sean capaces de generar una producción que les permita llevar una vida de trabajo, pero decente y digna, permitiéndoles realizar siembras de grandes extensiones o poseer grandes cantidades de ganado manejados por un conjunto de personas (a veces el núcleo familiar) muy reducido, y, lo que es más importante, mantener fijada población en el ya muy despoblado ámbito rural. Y eso es lo que Garzón, en su supina estulticia, ha venido a denigrar en un medio de comunicación extracomunitario. Pero no se preocupen, no será destituido. Nuestro presidente tiene otras prioridades, como, por ejemplo, permanecer en la Moncloa a costa de lo que sea, así que Garzón no corre peligro.
José María Rodríguez Valledor
Oviedo
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

