La verdad unifica al humilde a pesar de la historia
Ahora piden que se saque de la tumba a Hernán Cortés. Parece que Hispanoamérica está cambiando sus sentimientos hacia España, un país que acoge con generosidad a sus hermanos del otro lado del mar. Pero, claro, aquí mismo también se quiere resucitar la historia que enfrentó a nuestros padres y abuelos; parece necesario para lograr un triunfo pírrico pero que no cambiará la historia. Estos días hay tensión entre el norte y el sur de Europa; el Norte quiere extender su domino hacia el Sur. Es una crisis que pasa desapercibida porque estamos inmersos en más covid. Momento propicio también para los nacionalismos y sus historias divisivas.
Es mejor estar unidos aceptando la verdad tanto si somos o no responsables de una historia y rechazando la mentira que puede enfrentarnos, coincida o no con nuestros intereses, eso puede ayudarnos ante la amenaza a la supervivencia, ahora mismo: el calentamiento global, el atmosférico y el humanoide, ese que mata, viola, roba, o nos echa el humo con cianuro. Recordemos que los intereses espurios de quienes tienen algo de poder tienden a dividir, debilitar y socavar la unidad humana para sostener su poder ante fragilidad. Quien se basa en la verdad ha de llevarla con humildad, y quien vive en la mentira ha de reconocerlo con humildad, solo así tendremos una oportunidad, porque el tiempo se acaba.
Los cristianos han de demostrar su unidad por encima de historias divisivas de antes o de ahora. El apóstol Pablo exhorta a los cristianos a mantenerse unidos en la verdad; así, los que se consideren cristianos han de poner un ejemplo, y muy especialmente en este tiempo tan convulso: “Así que yo, prisionero a causa del Señor, os suplico que os portéis de una manera digna de la llamada que recibisteis: sed completamente humildes, apacibles y pacientes; soportaos unos a otros con amor; haced todo lo posible por mantener la unidad del espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo espíritu, así como hay una sola esperanza a la que habéis sido llamados. Hay un solo Señor, una sola fe y un solo bautismo. Hay un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y actúa por medio de todos y en todos” (Efesios 4:1-6). Jesús mismo pide a su Padre en oración que prevalezca la unidad en ellos en medio de un mundo dividido y divisivo: “No te pido que los saques del mundo, sino que los protejas del Maligno. Ellos no son parte del mundo, igual que yo no soy parte del mundo. Santifícalos por medio de la verdad; tu palabra es la verdad” (Juan 17:15-17).
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