Respeto a las ambulancias
En el diario pasear por la ciudad de Gijón, o por cualquier ciudad española, uno es observador fiel de lo que sucede a su alrededor. Últimamente me vengo fijando en esos conductores que, viendo los destellos luminosos de una ambulancia y escuchando su sirena, no se paran, no le ceden el paso o no maniobran lo necesario para facilitar su paso. Siguen adelante, el semáforo está en verde o tengo preferencia de paso, se dicen simplemente.
Es de suponer que cuando obtuvieron el carné de conducir aprendieron el Reglamento General de la Circulación (artículo 67-2021), donde se especifica muy claramente que hay que ceder el paso siempre a los vehículos de asistencia sanitaria (ambulancias), de salvamento o Protección Civil, de extinción de incendios, de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Estamos mal viviendo con esta maldita pandemia y el tránsito de ambulancias por las ciudades se ha multiplicado.
Si conocen la ley y no la respetan se debe a que esos negligentes conductores tienen una urgencia muy superior a un coche de bomberos o una ambulancia. Menos mal que los conductores de ambulancias, y resto de vehículos prioritarios, son gente avezada a conducir y superan el riesgo que estos maleducados provocan. Lo comprobamos porque, por fortuna, no hay excesivos accidentes. Este irrespetuoso comportamiento es una falta grave y conlleva una cuantiosa multa y retirada de puntos del carné, según se especifica en el mencionado Reglamento.
Pero más importante que pagar una multa y perder puntos es que esos conductores egoístas piensen por un momento en que es posible que en esa ambulancia se traslade al hospital a su pareja, a su hijo, a su padre o su madre, a familiares o amigos. E incluso que medite sobre que él mismo podría ir en esa ambulancia y que por perder unos minutos debido a la “urgencia” de los conductores necios no llegue a tiempo al hospital. O que el coche de los bomberos pierda un tiempo precioso a la hora de ir a apagar un incendio en su propia casa o salvar a un ser querido que está en peligro.
Por favor, es obligado ceder siempre el paso a los vehículos prioritarios, por el bien de los demás y el propio.
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