"Ongi etorri"
Pasaron ya diez años. Escenografía Ku Klux Klan con boina vasca. ETA anuncia con teatral impostura el “cese” de su lucha. No más sangre derramada, ni tiro en la nuca, tampoco bombas lapa, ni coches bomba que niños matan...
Etarras envejecidos en cárceles de vida que no volverá. Celdas con ecos de dudas de si... ¿mereció la pena? Recuerdos de miedo, ansiedad, y quizás asco de uno mismo. No ya sentimiento de “gudaris”, sino sospecha de... “tontos útiles” a intereses torticeros.
En algún sitio leí que “la historia se repite porque no aprendimos sus lecciones”. Los “ongi etorri” son ahora la comedia. Se escenifica la bienvenida con vítores, cohetes, banderas y algarabía verbenera al preso etarra excarcelado. Ha cumplido su condena. Es la ley. “Dura lex, sed lex”. No gusta. Simplemente se acata.
Cerca, no lejos. Dientes y puños apretados. Lloran lágrimas secas. Son las “víctimas del terrorismo”. Es insultante, provocativo y quizá... temerario. Sus seres queridos no están regresando a casa, ni están presos... Están muertos, o sin piernas, sin brazos, ciegos, sordos, mutilados... Víctimas que, en aquel momento y en aquel punto, estaban por deber, por disciplina, porque no sabían ni querían ser cobardes, por ser familia, por simplemente pasar...
Actos de reintegración..., “privados, no ruidosos”, ladran los de siempre con distinto bozal, sorprendidos en risa de hiena por cámara profesional. Es ironía torpe, grotesca y burda de “idiotas útiles” que no pasan de intermediarios, eso sí, siempre tras bambalinas. Peculiares “ongi etorri”. Quizás enmascaran espurios propósitos. Es el método. Amnistía e indulto escrito en pancartas al pecho pegadas. Etarras huidos o en prisión. Quizá sea la cuestión.
La venganza, aunque inmoral, es apetitosa. El pacífico Gandhi decía: “Ojo por ojo y el mundo acabará ciego”. Pero... si “el ojo por ojo” no estuviese abolido, que el mundo se... Siempre nos quedará “la Justicia”. Es lenta, pero nunca falla.
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