El fútbol sin extremos
Estos días se está homenajeando al gran Paco Gento, un genio del balón, un extraordinario jugador de fútbol que destrozaba a las defensas con su endiablada velocidad, capaz de parar en seco a doscientos por hora y dejar sentados a sus contrarios.
Gento fue, sin duda, el mejor ejemplo del fútbol por los extremos de su época, un esquema de fútbol muy diferente al que se practica en la actualidad, un fútbol total de ataque y contraataque, en el que la velocidad de los extremos era determinante. Y en ese tipo de fútbol Gento fue la figura más destacada, de ahí su fama y su indiscutible prestigio.
De aquella época hay muchos ilustres extremos que también merecen reconocimiento, aunque sin duda el más recordado es Enrique Collar, un brillantísimo jugador que estuvo vinculado al Atleti toda su vida deportiva y que es en la actualidad el presidente de la Fundación del Club Atlético de Madrid.
Ambos, Gento y Collar, pertenecen a una generación que practicaba el fútbol total, con cinco delanteros, un fútbol ofensivo que ha dado pasos al "tiquitaca" que se practica hoy día, de posesión del balón, de pases y más pases, un fútbol quizá más eficaz pero carente de la insuperable emoción de ver a los grandes extremos de aquellos tiempos galopar por las bandas.
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