Los irresponsables juegan a la guerra
La ministra de Defensa, Margarita Robles, esa jueza que no sabe ni cuál es el fusil de reglamento en nuestras FF AA pero que tanto gusta a la derecha y a la ultraderecha, ha anunciado el envío de la fragata portamisiles AEGIS F-103, "Blas de Lezo", al Mar Negro, y nos ha dicho que ya ha partido también para aquellas aguas el Buque de Acción Marítima (BAM) P-41 "Meteoro". Robles también ha comunicado que el Gobierno de España (ese Gobierno "socialcomunista") también ha ofrecido a Bulgaria aviones de combate. Todas estas fuerzas españolas, que pagamos con nuestros impuestos, se unen a las ya desplegadas en los Países Bálticos y en el propio Mar Negro, donde periódicamente hay buques de la Armada Española encuadrados en las operaciones de la OTAN para amenazar y/o intimidar a Rusia en sus propias fronteras. Mientras estas cosas pasan, dicho sea de paso, Marruecos ha hecho suyas las aguas españolas en torno a las Islas Chafarinas, donde ha montado una piscifactoría, como denunció Vox. Así es como la ultraderecha va a misa y al mismo tiempo repicando. Por supuesto que si Marruecos nos ataca, y no es la primera vez que lo hace, no van a venir ni los yankees, ni los ucranianos, ni los búlgaros ni los lituanos a ayudarnos, como tampoco EE UU nos ayudó cuando la guerra de Ifni y la ocupación por parte de Marruecos del Sahara Occidental. ¿O es que ya nos hemos olvidado?
Forzosamente vienen a mi memoria las mentiras en torno a la OTAN, aquel eslogan "OTAN, de entrada no", que ya parecía una tomadura de pelo, aquellas patrañas que nos contó Felipe González en la televisión, "si queremos entrar en la UE tenemos que entrar en la OTAN", y aquel referéndum con tres condiciones que fueron las tres incumplidas. Sin olvidarme, por supuesto, de una de las causas del golpe de Estado de 1981 contra Suárez, que no fue precisamente la "tejerada del 23F". Adolfo Suárez se negaba a que nuestro país ingresara en la OTAN si la Alianza Atlántica no cubría también la soberanía española de Ceuta y Melilla. Pues bien, entrar en la OTAN no era ir de fiesta ni solo a masacrar a pobre gente por el mundo ayudando al imperialismo, fuera en Irak, fuera en Libia, fuera en Afganistán, como pensaban algunos y otros ni siquiera pensaban, cuando estás en la OTAN estás a las órdenes de EE UU, escoltas sus portaaviones y pones los muertos, como hemos puesto unos cuantos muertos en Afganistán, donde hemos tenido un "gran éxito"; pero, además, te arriesgas a que si los mandamases se pasan en sus aventuras belicosas y en amenazar la soberanía de alguno de los grandes de la Tierra, de esos países que tienen bombas atómicas para barrernos a todos del mapa si les tocamos mucho las narices, tu ciudad y tu país pueden estar en el punto de mira de un misil "Satán II" o de un R-30 "Bulavá", que pueden estar sobre tu casa en pocos minutos (sin mentar los misiles hipersónicos) y que tienen una capacidad destructiva tan bestial, tan horrible, que a su lado las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki dan hasta risa. España se libró de dos guerras mundiales, pero no se librará de la tercera si ésta estalla y se librará aún menos si está en la OTAN y si envía buques, aviones y soldados a amenazar a los que no nos han hecho nada, mientras los irresponsables juegan a la guerra desde su Estado Mayor, a 6.000 kilómetros de distancia y al otro lado del océano, o desde la Moncloa.
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