La sexta ola y la exasperación
Eso es exactamente lo que nos ha traído la sexta ola, enojo, ira, impaciencia, estrés, ansiedad y un sinfín de sentimientos todos ellos desconcertantes. Y no solo por el tono de esta última ola llena de contagios masivos, solicitudes de PCR descontroladas, un número exagerado de bajas laborales, etcétera, sino porque todo esto ha supuesto que las personas que profesionalmente se dedican a la sanidad, a quienes se ha considerado héroes por la sociedad en la primera ola y que fueron aplaudidos todos los días, han pasado a ser los villanos del cuento. Desde UGT queremos salir en defensa de todas/os nuestras/os compañeras/os, tanto quienes trabajan en los hospitales como quienes lo hacen en Atención Primaria.
Todas/os las/os profesionales de la sanidad llevan enfrentándose a esta pandemia con todo su empeño y dedicación estando siempre a la altura de las circunstancias. A raíz de esta pandemia se vio claramente que la sanidad tenía una plantilla escasa, una mala gestión política y una fuga de profesionales sanitarios desde hace años a destinos con mejores condiciones laborales. Ahora nos vemos con un déficit muy importante de personal médico, siendo en Atención Primaria donde más se evidencia dicha escasez. La misma problemática de déficit se está dando entre las/os profesionales de enfermería.
SUMARIO: En defensa de los profesionales de la sanidad tras casi dos años de pandemia
DESTACADO: Entendemos la desesperación de la ciudadanía, la indignación por las colas constantes en los centros de salud, el agobio que se siente al hacer un montón de llamadas y que no te cojan el teléfono
Este hecho ha propiciado desde un principio que las/os profesionales hayan tenido que doblar turnos, suspender permisos y, en algunos casos, se han denegado reducciones de jornada, etcétera. A todo esto, le sumamos que la Administración del Principado consideró que en el año de la pandemia el sector de sanidad había generado un gasto extraordinario muy importante dentro de los Presupuestos de ese ejercicio del 2020, por lo que tenía que apretar el cinturón en cuestión de contrataciones. Esto ha supuesto que durante el año 2021 el Sespa ha fiscalizado todos los contratos mayores de seis días, de tal forma que dichos contratos tenían que ser autorizados y, sobra decir, que muchos de ellos no se firmaron. Esto implica que en muchos servicios tuvieron que autocubrirse todos los permisos, vacaciones y también las bajas laborales. ¡Ya está bien! Siempre pagan los platos rotos los mismos.
Entendemos la desesperación de la ciudadanía porque para cada persona su problema es el más importante y necesitan darle solución; entendemos la indignación por las colas constantes en los centros de salud; entendemos perfectamente el agobio que se siente al hacer un montón de llamadas y que no te cojan el teléfono tan siquiera. Y en este punto quiero destacar la labor encomiable que están ejerciendo los y las auxiliares administrativas/os, que son la pantalla de recepción de todos los problemas que surgen día a día, intentando darles salida a todos y en muchos casos llegando a afectar a su salud.
Y también queremos destacar otra consecuencia de toda esta situación que es de vital importancia: la atención a otros tipos de enfermedades, patologías y dolencias diferentes al covid está siendo inevitablemente afectada.
Pero no es menos cierto que las/os profesionales de la sanidad asturiana, conscientes de toda esta situación, están haciendo todo lo que está en sus manos, perdiendo en muchas ocasiones derechos y padeciendo cansancio y ansiedad. Y desde UGT apoyamos a las/os profesionales de la sanidad asturiana y empatizamos con la ciudadanía e instamos a la Consejería de Salud del Principado de Asturias a atender las continuas reivindicaciones de este sindicato para tomar medidas eficaces e inmediatas que puedan aliviar esta situación tan preocupante. Evidentemente la pandemia ha venido a poner en el punto de mira y a cuestionar la gestión de la sanidad de todos estos años.
Para UGT el objetivo básico desde el que trabajar pasa por compaginar dos aspectos centrales: mejorar la atención a la ciudadanía y respetar y valorar al personal de la sanidad asturiana. Conjugar estos dos aspectos permitirá ir solventando la crítica situación de nuestra sanidad, que recordemos que es uno de los aspectos fundamentales del Estado de bienestar.
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